Una fiesta en el normalmente apacible valle de es Fornàs reveló ayer cómo se aprovechan las villas que se alquilan por noches en internet para eventos con servicios y programación dignos de una discoteca, pero sin licencia administrativa de ningún tipo para ejercer esta actividad lúdica y lucrativa. De hecho, en este mercado negro de la oferta de ocio ibicenca el concepto «villa» se ha convertido en el principal reclamo, por encima incluso de los disckjokeys, para un público que cada mañana busca ansioso un after al aire libre, con todas las comodidades y en un entorno envidiable.

Redes sociales

Redes socialesLa promoción de la fiesta empieza en las redes sociales, en las que, a falta de una empresa legal que pueda difundirla, se usa a los relaciones públicas que venden entradas de las fiestas de las discotecas o los dj participantes. En el caso de ayer, se trata de una fiesta «lookout», una marca bajo la que se han celebrado otras fiestas afterhours en villas en los últimos años, según consta en la red. La cita se promociona por grupos de Whatsapp con el reclamo «secret after party» o «secret location», además de en los perfiles de Facebook particulares de relaciones públicas (tiqueteros) como Alejandro o Anita, quienes anuncian así el evento: «Consigue tu pulsera en la salida de las mejores discotecas en el punto de encuentro antes de la fiesta o contactando conmigo (número de teléfono)».

Los disc jokeys

Los disc jokeysTambién se publicitan los disckjokeys: Erick Navas, César Márquez, Alvaro Medina, Alejandro Fernández, Roberto Amo, Nomad y Alec Pedroche, pinchadiscos reconocidos en la escena clubbing nacional y habituales en algunas de las fiestas más populares de las principales promotoras españolas en Ibiza.

El punto de encuentro se convoca a las ocho de la mañana junto a la antigua cafetería Sunrise, en el polígono industrial de Montecristo. En la cercana gasolinera, a las ocho y cuarto se observan grupos de jóvenes de unos 30 años en diversos coches, sumamente animados, con pupilas dilatadas y desayunando cervezas Coronita. Se dan indicaciones y parten.

Camino del ´after

Camino del ´afterEn el polígono, a las ocho y veinte no hay nadie, sólo restos de botellón. Se acerca un opel turquesa: «¿Vas al after?», pregunta el conductor, de acento andaluz, que se presenta como Agustín. Explica que acaba de acompañar a las últimas personas que se han reunido en el Sunrise e invita a que se le siga o a subir en su auto. Cuenta que las entradas, en forma de pulsera, valen 20 euros «con consumición» y las copas, a partir de diez (los mismos precios que los anunciados en internet por los tiqueteros). Agustín da su número de teléfono y se ofrece como chófer para acceder a la fiesta en cualquier momento. Se despide.

Escondidos en el bosque

Escondidos en el bosqueEl camino a la fiesta se encuentra junto al parking de Amnesia, en dirección al Parque Insular de Bomberos, en el valle de es Fornàs. Tras un desvío, ya entre el bosque, un vaivén de taxis (hasta cinco en tres minutos) transporta clientes a la entrada de la villa, cercada por un muro de piedra que no permite ver el interior.

En esos momentos, dos vigilantes con pinganillo en las orejas controlan el último tramo de camino antes de la fiesta, justo antes de un cambio de rasante, cuando todavía no es visible la villa. Una vez superado ese tramo, tras unos cien metros, acaba el camino y se llega al portal de entrada a la finca que, al abrirse para dejar salir a otro taxi, permite observar que hay una tercera persona con pinganillo.

El camino no tiene salida, pero a la derecha hay un acceso a otro terreno cercado, que permite la maniobra para dar la vuelta y regresar de manera inadvertida. No corrió la misma suerte el fotógrafo del Diario de Ibiza que acudió unas horas después.