El Ayuntamiento de Sant Josep ha abierto un expediente al beach club de Cala Molí por una infracción «muy grave» al superar en 15 decibelios el límite autorizado de ruido, según explica la primera teniente de alcalde de Sant Josep, Paquita Ribas. La ordenanza que regula los ruidos y vibraciones prevé en este caso el pago de una sanción de 12.000 euros, apunta Ribas.

La Policía Local efectuó el pasado día14, a petición de un vecino, una sonometría para verificar si la música del local excedía el límite autorizado. Los agentes comprobaron con esta prueba el nivel de la contaminación acústica que llega hasta la casa del denunciante.

Se da la circunstancia de que para practicar la sonometría, los agentes tuvieron que ordenar a los responsables del local la paralización de la música. En ese momento un centenar de personas celebraban el día nacional francés. El abogado de la propiedad del negocio de playa manifestó a este diario su malestar por la actuación policial, ya que obligó a apagar los equipos durante «una hora», interrumpiendo con ello «un acto social significativo» con vips franceses. Incluso dijo que se puso en contacto con el cónsul francés en la isla para que pidiera «explicaciones e incluso una disculpa» del alcalde, Josep Marí Ribas, Agustinet. Según ha podido saber este diario, el alcalde no ha recibido ninguna llamada para aclarar la actuación policial.

Los agentes forzaron la interrupción de la fiesta por un tiempo para realizar la sonometría con el fin de descartar otras posibles fuentes de contaminación.

El Consistorio tiene previsto aprobar hoy inicialmente en el pleno una modificación de la ordenanza municipal de ruidos y vibraciones, que se espera que se pueda aplicar la próxima temporada, en la que se obligará a todos los beach clubsen el interior del local, lo cual en principio debe garantizar que no traspase al exterior, según Marí Ribas.