La Agencia Balear del Agua (Abaqua), dependiente de la conselleria balear de Medio Ambiente tiene que abonar, desde el 15 de septiembre del año pasado, a FCC Aqualia una factura mensual de 28.900 euros (sin IVA) por los costes del personal y el mantenimiento de la desaladora de Santa Eulària, aún sin funcionar. Las obras culminaron en noviembre de 2011. Tras el rescate de la concesión por parte del Estado con un coste de 25,6 millones, el Ministerio de Medio Ambiente cedió al Govern el año pasado las instalaciones.

Fue entonces cuando el Ejecutivo autónomo llegó a un acuerdo con Aqualia para que esta empresa, una vez resuelto el contrato con el Ministerio, no abandonara las instalaciones de la planta para llevar a cabo las tareas de mantenimiento y puesta a punto para su entrada en funcionamiento.

El coste de mantenimiento de la planta cerrada, sin actividad, asciende a 347.000 euros al año . En la actualidad hay un jefe de planta (media jornada), un encargado y dos operadores, con un coste anual de casi 160.000 euros. A este coste, se le suman 50.300 euros (al año) en las tareas de mantenimiento de las bombas y diversos equipos, así como de los sistemas eléctricos y antiincendios. La conservación de la obra civil y jardinería asciende a 3.570 euros.

El coste de energía eléctrica anual (con las instalaciones paradas, sin producir) se sitúa en 68.300 euros, a lo que se añade finalmente otra partida de poco más de 63.000 euros en diversas cuestiones administrativas: 9.097 euros en vehículos, 10. 452 euros en seguros, 4.824 en limpieza y desratización, entre otros gastos.

Licitación de la explotación

Licitación de la explotación

Para resolver esta situación de provisionalidad y ante la próxima puesta en marcha de la desaladora, el Consell de Govern aprobó ayer, tal como ya había informado este diario, la licitación de la explotación, mantenimiento y conservación de las instalaciones por un periodo de dos años con un presupuesto de 1,9 millones de euros. Al ser un contrato público superior al medio millón de euros, la aprobación del concurso público tiene que contar con el visto bueno del Consell de Govern.

Abaqua está pendiente sólo del informe favorable de Sanidad para que la planta de Santa Eulària entre en funcionamiento, según explica su gerente, Antoni Garcias. La tramitación de esta autorización acumula ya cuatro meses. Se han tenido que llevar a cabo algunas modificaciones para cumplir los requisitos de Sanidad, como rehacer un depósito para sustituir una cubierta de piedras y colocar baldosas, explica Garcias a modo de ejemplo.

Inicialmente, a la espera de que se adjudique la explotación de la planta desaladora, esta funcionará a medio gas, solo con una línea de tratamiento. Se firmará un convenio provisional con el Ayuntamiento de Santa Eulària de sólo seis meses de duración para el suministro de un caudal de 2.000 toneladas diarias, con el que se abastecerá al núcleo urbano y a la urbanización de Roca Llisa.

Garcias asegura que cuando entre en funcionamiento la nueva desalinizadora se podrá poner en marcha, casi inmediatamente después, el sistema de interconexión de las tres plantas de las isla para suministrar un caudal de 2.500 toneladas al día a la zona de Platja d'en Bossa, que actualmente recibe agua salada.

Como la tramitación de la conexión a la red eléctrica será larga, la impulsión del agua de la desaladora de Santa Eulària al sistema de interconexión se llevará a cabo, inicialmente, con un generador, que, para evitar molestias de ruido a los vecinos del barrio de Can Guasch, solo funcionará por el día, según el gerente de Abaqua.