El Ayuntamiento de Ibiza prevé actualizar próximamente la tarifa del agua, con una subida aproximada de entre el 9 y el 10%, que se corresponde con el incremento acumulado del Índice de Precios al Consumo (IPC) desde 2008, cuando se hizo la última revisión del precio del agua. Este es el cálculo que aparece en el borrador en el que trabajan los técnicos, pero el primer teniente de alcalde de Vila, Alfonso Molina, prefiere no concretar aún el alcance del incremento, que, en todo caso, cree que no irá más allá del IPC.

La subida se aplicará por igual a los distintos tramos de consumo. El más bajo se cobra actualmente a 1,1289 euros por metro cúbico, por debajo del coste que abona el Consistorio por el agua desalada (1,25 euros). Por ello, Molina justifica que la revisión de las tarifas no puede esperar más ya que se está generando «un déficit cada año», lo cual va en contra de lo que determina la normativa comunitaria del agua. «No se puede subvencionar el agua, como medida para fomentar que la gente haga un uso responsable del recurso. Se tiene que pagar el coste que corresponde», explica.

Debido a que los coeficientes que se emplean para calcular el coste del agua «se han moderado bastante», Molina considera que «no hará falta ir por encima de la subida del IPC [desde 2008]». «Pero me estoy anticipando», advierte. Hay que tener en cuenta que está pendiente la firma de un nuevo convenio con un precio único del agua desalada para toda la isla una vez que la nueva desaladora se ponga en marcha.

Deuda con Abaqua

Antes de aprobar la subida de la tarifa, el equipo de gobierno elevará este mismo mes al pleno la aprobación del acuerdo con Abaqua, la empresa pública del Govern que gestiona los recursos hídricos, para saldar la deuda histórica del municipio de 5,6 millones de euros que se arrastra desde 2011, cuando Vila (también Sant Josep y Sant Antoni) se negó a asumir la subida del precio del agua desalada que reclamaba Abaqua. Ya hay un acuerdo con la empresa pública después de que un tribunal de arbitraje resolviera el conflicto a favor de Abaqua. Molina rehúsa dar los detalles del acuerdo, aunque apunta que el modo de pago pactado «no será gravoso para el Ayuntamiento».

Por su parte, Sant Josep, que adeuda 2,2 millones a Abaqua, ha encargado un informe a una consultora externa que ha constatado que los volúmenes de agua suministrados durante el periodo de impago (2011-2015) se corresponden con la realidad y la deuda no ha prescrito. El Consistorio está a la espera de que la consultora presente una propuesta con diversas opciones para saldar la deuda, fundamentalmente con el uso de recursos propios o a través del recibo del agua. «Elegiremos la que sea menos dolorosa para todo el mundo», apunta el segundo teniente de alcalde, Ángel Luis Guerrero, quien, en todo caso, considera que «no es problema de los ciudadanos» que en su día, en 2011, el Consistorio se negara a asumir la subida del agua que reclamaba Abaqua. El año pasado el Consistorio aprobó una subida del agua para «acabar con la sangría y no generar más deuda».

Sant Antoni también ha aceptado el resultado del arbitraje (debe 1,8 millones de euros) y ha acordado con Abaqua que este año le pagará cerca de un millón de euros, mientras que el resto quedará pendiente a la espera de que la empresa pública del Govern proponga un calendario de pagos distribuido en un periodo de cuatro o cinco años, según el concejal de Medio Ambiente, Pablo Valdés. El Ayuntamiento ya aprobó en 2012 una subida de la tarifa para regularizar la situación.