En su segunda temporada en funcionamiento, superados los titubeos iniciales y los embotellamientos que pusieron al vecindario inicialmente en contra, la limitación al tráfico de coches particulares en Cala Salada y la conexión con minibuses se consolida como modelo para evitar el colapso circulatorio en las playas. No obstante, la satisfacción que muestra el Ayuntamiento de Sant Antoni por la marcha del servicio queda empañada por el centro de venta ambulante en que se ha convertido uno de sus destinos, Cala Saladeta.

«Creíamos que la restricción de vehículos podría menguar la venta ambulante», explica el teniente de alcalde, Pablo Valdés, «pero, si el paso se cierra a las diez, los vendedores a las ocho ya están allí y aprovechan que es una playa de difícil acceso». «Son grupos que forman una mafia muy bien organizada, están compinchados con gente que vive en esa zona», asegura.

Basta una visita a Cala Saladeta para confirmar que se ha convertido en un prolijo mercado ambulante, incluso con servicios de coctelería de cierto nivel. Ayer al mediodía se encontraban dos chiringuitos improvisados sobre esta pequeña playa, cada uno con una barra formada por mesas desplegables en las que se repartían licores de marca, frutas, zumos y artilugios de hostelería profesional. Por la cala desfilaban camareros con bandejas repartiendo bebidas o tomando nota de las peticiones de los bañistas. En definitiva, un servicio prácticamente profesional al margen de la ley.

«Esto parece un vuelo de Ryanair, cada cinco minutos nos ofrecen algún producto», bromea María, una madrileña que, junto a dos tocayas, una de la capital y otra de San Sebastián, y la malacitana Laura ocupan una diminuta franja de arena entre las casetas varadero. Se han gastado 30 euros en un mojito y una piña colada grandes para compartir, más 13 en dos pulseritas. «La verdad es que los cócteles están buenísimos y los chicos eran muy amables, han venido aquí a tomarnos nota y nos lo sirven como si estuviéramos en una terraza», comentan admiradas. Pero, pese a la sorpresa inicial, empiezan a sentirse molestas con tanta visita de los ambulantes.

Bar, supermercado y 'boutique'

Bar, supermercado y 'boutique'

Además de cócteles, en un cuarto de hora deambularon por Cala Saladeta tres chicas ofreciendo vestidos, vendedores de pareos, de bocadillos o un par de chicos con bandejas de arancinis, una especie de croquetas de arroz sicilianas a tres euros la unidad. Todos los productos son ofrecidos por personas jóvenes y esbeltas, de acento sudamericano o italiano la mayoría, al contrario que el español orondo y cincuentón que vende cocos y refrescos en la clásica nevera portátil.

La Policía Local y la Guardia Civil han efectuado diversas operaciones contra la venta ambulante este verano en Cala Saladeta, llegando a identificar hasta 12 personas (con otras tantas denuncias). Las intervenciones en Cala Saladeta requieren medios terrestres y marinos, así como «retirar de su labor habitual a los agentes para enviarlos allí», lamenta Valdés. «No es un problema que se deje de lado, pero es que tenemos muchas otras situaciones que atender y no podemos hacerlo con la frecuencia que sería deseable», admite el concejal.

Un matrimonio de Castellón con sus dos hijas abandona Cala Saladeta a la una del mediodía. Se han parado sobre el acantilado que bordea Cala Salada y contemplan una curiosa panorámica: toda la arena cubierta por bañistas tumbados y, hormigueando entre ellos, media docena de siluetas verticales con bandejas o perchas. «En Castellón jamás hemos visto algo así, pero la verdad es que no nos han molestado en absoluto, eran educados», comentan.

Tanto ambulante contrasta con el hecho de que, justo el día anterior, «vino la Guardia Civil y les pegó un buen palo, les quitaron mucha mercancía», asegura uno de los dos informadores de la garita de acceso a Cala Salada, 'Brian el argentino'. Aunque en su trabajo, él suele encontrarse otro tipo de agentes: «Jamás había conocido tantos guardias civiles como este año, es la excusa más usada por la gente que intenta que les dejemos pasar a la playa con su coche», bromea. Si bien este truco acaba cuando pide la identificación, se encuentra con usuarios más pesados: «Me intentan convencer cada día con bebidas, tabaco, porros... de todo».

Picaresca

PicarescaDe hecho, este diario es testigo de un intento de soborno: mientras los coches, la mayoría de alquiler, son informados de que no pueden seguir, dos jóvenes, que dicen ser de Barcelona, ofrecen el billete de diez euros que sostiene entre su muslo el copiloto de un golf TDI gris.

Los informadores también han recibido insultos, aunque ayer la mayor parte de los conductores se resignaba a dar media vuelta en silencio. Es el caso de Juan Gómez y María Riquelme, de Alicante, que retrocedieron cinco minutos hasta el aparcamiento de Can Coix para esperar uno de los minibuses de 25 plazas que operan el servicio. El tiempo de espera es de 15 minutos, pero ellos se toparon con las colas de la hora punta: «Me parece bien este sistema, pero igual harían falta más autobuses, porque no hemos podido entrar en el que se acaba de ir y nos toca esperar media hora».

Su pareja también echa de menos que «no informen bien hasta que llegas a Cala Salada, podrían poner algún panel informativo que informe de que el aparcamiento de allí ya está lleno y así ya te quedas aquí a pillar el bus», propone.

Sin embargo, las colas desaparecen a la una y media, tanto en Can Coix como en la parada de Cala Salada, cuando los autobuses parten sin llenar todos los asientos.

Uno de los conductores explica que las mayores concentraciones se producen entre las once y media y la una, una vez llenado el aparcamiento de la playa, y que en esta jornada han sufrido un momento en que las frecuencias han aumentado a los 20 minutos: «Un autobús ha dejado de funcionar hace un rato porque se le tiene que reparar el aire acondicionado», justifica. También aclara que él apenas ve a los vendedores ambulantes que han convertido a Cala Saladeta en un bazar, ya que «esa gente ahora llega antes de que empecemos nosotros a las diez de la mañana».