El Ayuntamiento de Santa Eulària asumirá temporalmente el coste del agua desalada y no revisará las tarifas que abonan los ciudadanos «hasta mediados del año que viene», según el concejal de Administración Local, Mariano Juan. Hasta entonces, los ciudadanos seguirán pagando por el transporte y tratamiento sanitario del agua, como hasta ahora, pero el coste añadido del agua desalada lo asumirá provisionalmente el Consistorio, que calcula que tendrá que abonar unos 300.000 euros.

Pese a que aún no se ha suscrito un convenio, la Agencia Balear del Agua (Abaqua), empresa pública de la conselleria balear de Medio Ambiente, ha comunicado al alcalde, Vicent Marí, que, con la puesta en marcha de la nueva desaladora, prevista para este mes (falta la autorización de Sanidad), el coste del agua desalada que se suministrará al núcleo urbano de Santa Eulària y a la urbanización de Roca Llisa será provisionalmente de 0,75 euros por metro cúbico, mientras que el abastecimiento de Puig d'en Valls y Santa Gertrudis tendrá un precio de 1,25 euros.

La demanda de Puig d'en Valls y Santa Gertrudis se cubrirá con agua del sistema de las desaladoras de Vila y Sant Antoni. Abaqua se ha comprometido a abastecer con agua desalada a estas dos poblaciones sin esperar a la interconexión de las tres desaladoras de la isla, prevista en agosto, pero tampoco se ha formalizado aún el convenio para regularlo.

El suministro del núcleo de Santa Eulària y Roca Llisa se efectuará con agua de la nueva planta, con un precio más bajo (0,75 euros) ya que, tras el rescate de la concesión, no se incluirán los costes de construcción ni mantenimiento de la infraestructura, sólo el de producción del agua y el del personal.

Abaqua tiene pendiente la adjudicación de la gestión de la explotación de la desaladora después de que el Ministerio de Medio Ambiente resolviera el contrato con Aqualia Gestión Integral del Agua y Procesos Ambientales S. A. Esta última acordó con la conselleria de Medio Ambiente que llevaría a cabo la tramitación de la autorización sanitaria para la puesta en marcha de la planta y su mantenimiento hasta la adjudicación de su explotación.

Los precios que ha establecido Abaqua son provisionales hasta la puesta en marcha del nuevo sistema de interconexión de las tres desaladoras y el anillo de distribución a las zonas de Sant Josep y Sant Joan. En ese momento, la conselleria de Medio Ambiente cerrará con los ayuntamientos una tarifa única para toda la isla.

Municipalización de la red

Además, Santa Eulària inició hace unos meses el proceso para municipalizar las redes que aún gestionan empresas privadas en s'Argamassa, es Canar, las urbanizaciones de Can Fornet y Roca Llisa y Puig d'en Valls. Se trata de 110 kilómetros de canalizaciones, 75 en manos de Aguas del Torrente de es Fornàs, que suministra desde Puig d'en Valls hasta Cap Martinet.

El Consistorio supedita la revisión de las tarifas del agua a la culminación del proceso de municipalización de las redes privadas. Si no hay acuerdo con las empresas, se procederá a su expropiación.

Así, el equipo de gobierno estima que hasta abril del año que viene, fecha en la que se baraja que se podría llevar a cabo la revisión de las tarifas, el Consistorio asumirá por su cuenta, a cargo del presupuesto de la institución, el coste del agua desalada que se suministre hasta entonces a Santa Eulària, Roca Llisa, Puig d'en Valls y Santa Gertrudis (300.000 metros cúbicos en total desde el mes de agosto), con un coste, según los precios que ha establecido de palabra Abaqua, de 300.000 euros.

Santa Eulària es el municipio en el que ahora se paga menos por el agua, que, al igual que en Sant Joan, procede sólo de pozo. Así, un recibo trimestral en Santa Eulària por el consumo de 35 metros cúbicos puede ascender a casi 38 euros, un 45% menos que la media del resto de municipios. Juan asume que la tarifa subirá con el suministro de agua desalada, pero la cuantía dependerá del precio definitivo que se pacte con Abaqua y de «la capacidad de mezcla con agua de pozo». El edil destaca que mejorará la calidad del agua, que, en Santa Eulària, tiene una elevada concentración de cal, lo que afecta a los electrodomésticos.