Los celadores del Ayuntamiento de Sant Antoni han realizado más de 120 inspecciones desde la última adjudicación de las concesiones de hamacas del municipio, antes del pasado verano. Y de todas estas, se ha derivado la apertura de cuatro expedientes de sanción, tres de ellos por infracciones detectadas en 2016 y otra más en la actual campaña. Según una portavoz municipal, durante el verano de 2016 se realizaron 103 inspecciones, con una media de una inspección al día durante los meses de la campaña y varias visitas a cada una de las 18 concesiones.

Estas inspecciones se saldaron con tres expedientes de infracción. Uno de ellos por la presencia de publicidad indebida en la concesión, expresamente prohibida en la última adjudicación, y también tras detectarse que el personal no cumplía con la obligación de estar debidamente identificado con la uniformidad reglamentaria.

Además, se abrieron otros dos expedientes también por utilizar un vestuario no autorizado y por la falta de limpieza «en el área de la explotación y su influencia». En ambos casos, se trata de condiciones fijadas en la ordenanza de playas del municipio, que deben cumplir los concesionarios.

Esta temporada ya se han hecho las primeras 18 inspecciones, tantas como concesiones tiene el municipio en sus cinco playas. Estas visitas se han saldado con la apertura de un expediente de sanción, en este caso por prestar «un servicio no autorizado». En este caso, se detectó que el concesionario sancionado ofrecía bebidas y comida, a pesar de carecer de permiso.

S'Arenal, sin concesiones

Por otra parte, desde la última adjudicación también se ha producido la renuncia de un mismo concesionario a dos de los lotes que obtuvo en la playa de s'Arenal, la mayor del municipio, con casi la mitad del total de tumbonas.

El Consistorio ha decidido no sacar estos lotes, que suman 116 hamacas y 58 sombrillas, a una nueva adjudicación. Ello se debe a que el equipo de gobierno ha encargado un estudio de capacidad de carga en las playas, que entre otros factores determinará la ocupación media y la demanda de hamacas y sombrillas en cada zona. En base a sus conclusiones, el Ayuntamiento decidirá si vuelve a licitar los lotes, ya que hasta 2019 no está previsto renovar las adjudicaciones.

Aunque no se han facilitado los motivos de ambas renuncias, se da la cincunstancia de que en el último concurso se permitió una subida de cinco a siete euros en el precio del alquiler de las hamacas atendiendo una demanda del sector. Esto permitió un aumento del canon comprometido por los concesionarios, que pasó de los 300.000 de la anterior adjudicación a los 400.000 euros anuales que pagarán tras el último concurso.

La tercera parte de la oferta

Las 116 hamacas que no se desplegarán este verano son casi la tercera parte de la oferta autorizada en s'Arenal, 370 con 175 parasoles. Aquí se concentra casi la mitad de las tumbonas del municipio, 732 en la última adjudicación, y un parque acuático y una escuela de vela.

El empresario que ha renunciado a dos de sus lotes es Óscar Carbonell, uno de los miembros del grupo conocido como los 'negrones', vinculados a la hermana del excomisario Angel Marí. En s'Arenal, este grupo acaparó ocho de las 12 concesiones. Obtuvieron todos los lotes salvo dos. A pesar de la renuncia, Carbonell sigue como titular de otras dos concesiones e Ibiza Holidays 96, cuya administradora es Mónica Negrón Marí, sobrina del excomisario, es titular de otras cuatro concesiones. Fue un auténtico desembarco -el grupo ha sido prácticamente expulsado de Sant Josep, donde iniciaron la práctica de reventar los concursos con fuertes ofertas económicas que dejaron fuera primero a los hamaqueros tradicionales y luego al propio grupo-.

Con el mismo sistema, el año pasado en Sant Antoni se adjudicaron 12 de los 18 lotes a concurso y tan sólo en s'Arenal cambiaron de manos ocho concesiones. El Consistorio no ha confirmado si los que han quedado vacantes forman parte de los adjudicados al grupo.

En el último concurso, Sant Antoni acordó reducir un 50% las tumbonas de es Caló y Cala Gració, aunque a cambio se incrementó en un lote más la oferta de s'Arenal, con una reducción general del 10% en este tipo de artefactos. Además, se prohibió la instalación de balinesas en todo el municipio.