Pasan los años y el polígono de Montecristo, en Sant Antoni, sigue funcionando como un vertedero sin control, con vehículos abandonados y una montaña de basura en medio de la calle Camí des Puig Blanc, entre otros focos de acumulación de residuos.

En cualquier calle se pueden ver coches sin ruedas o que ya han perdido parte de la carrocería, pero la des Mayans (en el extremo más próximo a Vila) se lleva la palma con una larga fila de chatarra aparcada en línea, que lleva ahí al menos dos años, según apuntan algunos empleados de la zona, acostumbrados ya a este paisaje de óxido y suciedad situado justo enfrente de las naves en las que trabajan. «No hacen nada. Ya ni llamamos a la Policía Local, que dice que no pueden retirarlos hasta que, por un tema judicial, pase un tiempo», apunta uno de los trabajadores consultados por este diario.

El tercer teniente de alcalde de Sant Antoni, Juanjo Ferrer, asegura que esta situación genera «muchos problemas y quejas», pero destaca que está «a punto de arreglarse». El Consistorio ha cerrado un convenio con una empresa especializada en el tratamiento de vehículos para retirar los coches de la vista mientras se sigue el proceso administrativo (hay que dejar un margen de tiempo amplio ante la posible reclamación del propietario) previo a su desguace. Ferrer explica que por falta de espacio los coches están en la calle, pero en un plazo de «un par de semanas», el Consistorio habilitará un terreno de su propiedad en el mismo polígono (hay que limpiarlo) para almacenar los vehículos. La empresa cuenta con otra parcela que se puede usar como depósito, pero también hay que adecentarla aún.

En el otro extremo de polígono, en el área colindante con Sant Rafel, se concentra el otro gran foco de suciedad: una montaña de residuos sobre el asfalto, justo debajo, paradójicamente, de un cartel que avisa de que está «prohibido tirar basura». Restos de madera, cartón, un reguero de neumáticos, neveras, termos, colchones, hasta motos acuáticas y una barca. Todo ello en medio de la calle Camí des Puig Blanc, que conecta con la des Pou de na Maciana.

Medida sin efecto

Estas dos calles están cortadas hace ya años (el Consistorio anunció esta medida en febrero de 2010) para evitar el vertido de basura en la zona más recóndita del polígono, pendiente aún de desarrollo. Sin embargo, no ha servido de nada, puesto que ahora la basura entierra los bloques de hormigón colocados para impedir el paso de los coches por Camí des Puig Blanc. Hay otros puntos del polígono donde también se acumulan desechos de todo tipo.