La construcción de la nueva depuradora de Vila, en terrenos del antiguo campo de tiro del cuartel militar de sa Coma, se encuentra atascada de nuevo debido a problemas en el proyecto presentado al Ministerio de Medio Ambiente por la unión de empresas adjudicataria de su redacción y la ejecución de las obras, la UTE formada por Depuración y Tratamiento (Sadyt) y Sacyr Construcción SA.

La conselleria balear de Medio Ambiente conoce «extraoficialmente» que las dos empresas del Grupo Sacyr presentaron al Ministerio un proyecto cuyo coste superaba el precio que ofertaron en el concurso público de las obras. Hay que tener en cuenta que el presupuesto de salida de la licitación se situaba en 41,2 millones de euros y que la adjudicataria se llevó la contrata por 24,3 millones de euros, lo que supone una rebaja del 41%.

El Grupo Sacyr niega el sobrecoste y asegura que el precio del proyecto es «acorde» con la oferta que se presentó en su día al concurso público, aunque sin precisar más. Además, fuentes consultadas por este diario apuntan que la constructora tiene previsto iniciar las obras de la planta tras el verano. Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente no ha respondido a las reiteradas peticiones de información de este diario.

El diputado del PP José Vicente Marí Bosó asegura tener conocimiento de que ha habido «discrepancias» entre el Ministerio y la adjudicataria, pero que, según la información de la que dispone, «se han ido solucionando» y sólo quedan «algunos ajustes» para zanjar la controversia. «No sé si por dinero o del proyecto específicamente. Sé que había habido discusión y se había encauzado», reitera el también presidente insular del PP.

Antoni Garcias, gerente de la Agencia Balear del Agua (Abaqua), dependiente de la conselleria de Medio Ambiente, explica que hace «un par de meses» aproximadamente tuvo conocimiento del incremento de coste del proyecto.

Riesgo «muy serio»

Riesgo «muy serio»

Incluso, hubo en su momento «un riesgo muy serio» de que el Ministerio de Medio Ambiente optara por «rescindir el contrato» con las empresas adjudicatarias del proyecto, según Garcias. «Esto hubiera causado un problema muy grande e hizo que nos moviéramos», señala el gerente de Abaqua, en referencia a la conversación que mantuvo la directora general de Recursos Hídricos del Govern, Joana Maria Garau, con la directora general del Agua del Ministerio, Liana Ardiles.

Esta última informó a la representante del Govern de que no se preocupara porque se iba «a arreglar», dice Garcias. Desde entonces, la conselleria de Medio Ambiente no ha tenido más noticias sobre cómo ha evolucionado el desencuentro entre las dos partes.

La redacción del proyecto y ejecución de las obras se adjudicó al Grupo Sacyr el 13 de junio del año pasado (el contrato se formalizó el 9 de agosto). La licitación se inició un año antes, en julio de 2015. El plazo de ejecución previsto era de cuatro meses para la redacción del proyecto y 29 para la construcción de la depuradora. El proyecto, que, según los plazos previstos en el pliego de la licitación, debía estar redactado en diciembre del año pasado, ha de contar con el visto bueno del Ministerio. En este punto es en el que se ha quedado atascado de nuevo la construcción de la nueva infraestructura.

Aparte del largo retraso que acumula la depuradora, la adjudicación del concurso ya fue más larga de lo normal por la oferta a la baja presentada por el Grupo Sacyr. En diciembre de 2015 ya se sabía, tal como avanzó este diario, las empresas que se habían adjudicado el proyecto, pero la formalización del contrato quedó bloqueada. Finalmente, la Abogacía del Estado emitió a mediados del año pasado un informe favorable a la adjudicación de la depuradora.

La nueva planta tendrá capacidad para depurar las aguas de una población de 90.000 habitantes, aunque podrá llegar a prestar servicio hasta a 150.000 personas en verano. El proyecto también contempla la construcción de los colectores para impulsar las aguas fecales desde la actual depuradora hasta la nueva, con un desnivel de unos 100 metros.