El incremento de la población, del número de trabajadores y, sobre todo, de los turistas experimentado desde la primavera no solo se aprecia a diario en los atascos que colapsan las carreteras. El suministro del agua registrado, por ejemplo, en el mes de mayo da cuenta de la presión que soporta Ibiza desde el inicio de esta temporada. Las redes de los cuatro municipios con más habitantes y peso turístico (Ibiza, Sant Antoni, Santa Eulària y Sant Josep) recibieron ese mes 1.370.082 metros cúbicos, 90.133 metros cúbicos más que el mismo mes del año 2016. O lo que es lo mismo: hubo un incremento del suministro equivalente a 36 piscinas olímpicas. Esa cifra supone una subida interanual del 7%.

No obstante, la cantidad suministrada es apenas un 0,2% superior (poco más que una piscina olímpica) a la de 2015, cuando se alcanzaron los 1.367.179 metros cúbicos en esas cuatro localidades. Debido al decreto de sequía, el pasado año se establecieron diversas limitaciones que repercutieron en un menor consumo. Pero, sobre todo, se notó la mano del Ayuntamiento de Sant Josep, que en 2016 comenzó a tapar ese gigantesco queso de gruyer en que se había convertido su red como consecuencia de su penoso mantenimiento durante años, en buena parte debido a la contrata («leonina», según fuentes municipales) a la que está atado desde hace lustros con la empresa dedicada a su distribución.

Así, en 2016, cuando el Consistorio decidió que el agua sería el asunto que centraría su política durante este mandato y empezó a tapar agujeros, se redujo el consumo en Sant Josep un 21,17% respecto a 2015. Sus canalizaciones dejaron de perder aquel mes de mayo de 2016 nada menos que 104.494 metros cúbicos (el equivalente a unas 42 piscinas olímpicas menos) en comparación con el mismo periodo de un año antes.

24 piscinas olímpicas menos

Ángel Luis Guerrero, segundo teniente de alcalde y responsable de esta área del Ayuntamiento, atribuye esa sustancial reducción a la intervención, pagada de sus arcas, del Consistorio en el pozo sin fondo en que se había transformado la red municipal, que llegaba a perder hasta tres cuartas partes del agua que transportaba.

Según Guerrero, «la mayor ocupación» registrada en 2017 es, al mismo tiempo, la responsable de que el consumo se haya disparado un 11,32% este mes de mayo, 44.023 metros cúbicos más que en 2016. Aun así, los 432.895 metros cúbicos distribuidos en Sant Josep en mayo de 2017 aún son notablemente inferiores a los 493.366 de mayo de 2015: concretamente, la reducción del suministro equivale al contenido de unas 24 piscinas olímpicas.