El primer foro empresarial BusinessDIbiza abordó ayer en el Club Diario el tema 'Las ciudades del futuro: inteligentes, digitales y sostenibles', organizado por la Fundación Telefónica con la colaboración de Diario de Ibiza y el patrocinio del banco BMN Sa Nostra. Emilio Ontiveros, catedrático de Economía de la Empresa de la Universidad Autónoma de Madrid y fundador y presidente de Analistas Financieros Internacionales, presentó el libro, titulado como el coloquio, en el que se trata «la complejidad de los retos que las ciudades enfrentan en el siglo XXI, la relevancia de la planificación urbana y la dificultad de su gestión».

Para Ontiveros, asistimos a una revolución tecnológica en la que la digitalización ofrece una oportunidad histórica de «inclusión social». Las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) son, a juicio del catedrático, «el fundamento de las ciudades inteligentes». Su principal cualidad es que permiten «el acceso democrático» de toda la sociedad.

Considera que las TIC facilitarán que las urbes «sean más habitables» y, sobre todo, que se adapten a las exigencias de quienes las habitan, algo que, paradójicamente, sucede con poca frecuencia. ¿Cómo? A través de las nuevas tecnologías aplicadas a las ciudades, sus gobernantes pueden manejar multitud de datos que, analizados, permiten conocer «las preferencias de los ciudadanos». No solo sirven para mejorar el transporte o el aparcamiento, sino también para «transmitir opiniones», cualidad que «fortalece la democracia».

¿Es caro ser una smart city? Ontiveros recurrió a una célebre frase (convertida en ley) de Gordon E. Moore, cofundador de Intel, que a mediados de los años 70 aseguró a sus socios que la capacidad de computación de los dispositivos se duplicaría cada 18 meses pero que, paralelamente, los costes de producción se mantendrían constantes. Sus socios le preguntaron entonces si se había tomado dos gintonics de más. Pero con el tiempo, esa Ley Moore se ha confirmado: «Incluso los precios caen», indicó Ontiveros. Eso ha permitido «democratizar» la tecnología y que en lugares como Kenia» haya más inserción que, por ejemplo, en Balears». En ese país africano «la banca por móvil tiene grados de uso superiores que en muchos países de la Unión Europea», afirmó.

La financiación es prioritaria

Su aplicación, pues, a las urbes es más barata de lo que se piensa. En ese sentido, hay, según Emilio Ontiveros, tres retos a los que se enfrenta una ciudad que quiere ser inteligente. Y el primero, y prioritario, es la financiación. Seguro, avisó, que en las instituciones públicas siempre habrá un economista que ponga en duda su viabilidad y, sobre todo, cuestione si ese gasto será recompensado o se convertirá en una pérdida. Ontiveros está seguro de que que la respuesta es positiva: «Es rentable. Las ciudades que ya han liderado ese proceso han demostrado que lo es». Y señaló que ya hay programas de financiación en la Unión Europea que facilitan esa apuesta por la tecnología.

Fin de la burocracia

El segundo reto al que se enfrentan esas ciudades es el organizativo: «No pueden querer ser inteligentes pero mantener, al mismo tiempo, los esquemas organizativos de antaño». Eso, en la empresa privada, ya no se da. La burocracia es un obstáculo para el desarrollo, advirtió.

Hace una década, reflexionó Ontiveros, solo había un par de casos. Pero actualmente «existe un banco de pruebas brutal» cuyas experiencias sirven para no empezar de cero y no repetir errores. «Es posible y no es caro. Lo único necesario es la voluntad política», insistió. Y contar con los ciudadanos, uno de sus dos pilares, «como destinatarios, pero también como mecanismos de realimentación del gobierno de esas urbes».

Momentos difíciles

No basta, eso sí, con invertir grandes sumas de dinero en tecnología: «Es necesario, ante todo, tener un proyecto». Y ese proyecto debe basarse en la inclusión de la gente, «al aceptarse la heterogeneidad de la ciudadanía», en la sostenibilidad y en mejorar la convivencia.

Antoni Serra, director territorial de BMN para Balears, alabó la creación del foro BusinessDIbiza, fundamental, a su entender, para ofrecer un conocimiento social y económico, así como para dar una visión útil de la empresa. «El mundo -señaló- vive momentos difíciles», con desequilibrios en el sistema de valores. De ahí que sea importante «predecir cómo serán las ciudades y las sociedades del futuro». El foro es, como subrayó Joan Serra, subdirector general de contenidos de Prensa Ibérica, durante su presentación, «un punto de encuentro de la realidad económica de estas islas», que permite intercambiar opiniones y experiencias sobre cuestiones empresariales.

Ante el reto de las ciudades inteligentes, Antoni Serra admitió que «cambiar las cosas nunca es cómodo». Pero sí es imprescindible para «tener una sociedad más fuerte y preparada para asumir nuevos retos».

Viviana de Sans, vicepresidenta primera del Consell de Ibiza, cerró el foro recordando la apuesta y la voluntad de la institución insular por «una gestión inteligente» de la isla, aunque su aplicación sea, admitió, «lenta». «Hemos de ser capaces de imaginar una Ibiza conectada, que se pueda llevar en el bolsillo».