El Ministerio de Cultura ha aceptado la candidatura conjunta internacional de la que forma parte el Consell de Ibiza para que la técnica constructiva de las tradicionales paredes de piedra sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

El Govern balear informó al Consell ibicenco de que el Ministerio de Cultura ha admitido a trámite esta candidatura, según dio a conocer la propia institución, que aprobó su apoyo a la propuesta un pleno celebrado en agosto de 2016.

El objetivo de la iniciativa es que la Unesco declare Bien de Interés Cultural Inmaterial la técnica de construcción de paredes de piedra en seco. La protección afectaría, por tanto, al conjunto de conocimientos relativos a la construcción de estos muros tan característicos del campo ibicenco y de otros enclaves de la cuenca mediterránea.

De este modo, la candidatura ya tiene el visto bueno del Ministerio, que es el interlocutor válido para hacer llegar la propuesta al citado organismo internacional.

Candidatura internacional

«La declaración de un bien, en este caso inmaterial, siempre es una buena noticia para el patrimonio cultural de una comunidad, pero en este caso lo sería doblemente porque se trata de una candidatura conjunta internacional, de unos procedimientos que se tienen que preservar, cada uno según las peculiaridades de cada lugar», declaró el conseller de Educación, Patrimonio, Cultura, Deportes y Juventud, David Ribas.

El conseller destacó especialmente la necesidad de preservar el patrimonio inmaterial, «a veces tan desatendido».

Ribas recordó también que, a pesar de que la admisión a trámite es sólo un paso en el largo camino de la declaración y de su correspondiente protección, «es un paso firme y en positivo que las diversas instituciones que participan de esta candidatura conjunta internacional valoran muy positivamente».

Paisaje rural

La construcción de este tipo de paredes ha ayudado durante siglos e incluso milenios a configurar el paisaje rural de la isla y es una de las muestras más conocidas del uso de la piedra natural procedente del propio terreno. Las paredes, que pueden ser tanto de pedra morta como de pedra viva, se construyen sin la ayuda de ningún mortero ni mezcla que sirva para mantener unidas las piezas.