La compañía aérea Vueling deberá indemnizar con casi 1.000 euros a un pasajero ibicenco que, hace ahora un año, debía volar desde Ámsterdam (Holanda) hasta la isla y sufrió la cancelación de su vuelo sin ningún tipo de asistencia por parte de la empresa, como tampoco la recibió cuando el segundo vuelo, al día siguiente, fue también retrasado, exponiéndose a pasar dos días de espera en Ámsterdam. Ello le obligó a comprar un nuevo billete con otra aerolínea diferente para regresar a Ibiza.

Durante todo este tiempo, la empresa no pagó ningún alojamiento, traslado ni manutención al pasajero, que tuvo que pagar de su propio bolsillo.

Sólo cuando este pasajero, Antonio C., presentó una reclamación judicial, Vueling accedió a abonarle 400 euros por la cancelación del primer vuelo, pero rechazó pagar por los trastornos ocasionados después al viajero, que exigía 1.811 euros por los gastos de desplazamiento y alojamiento, la compra del billete que finalmente le trajo a Ibiza y daños morales.

El juzgado de lo Mercantil número 1 de Palma admite que el pasajero debería haber sido indemnizado por la segunda cancelación «de forma automática». «Ante una cancelación de un vuelo, las obligaciones de la compañía no se agotan en reubicar al pasajero en otro vuelo, sino que surge la obligación constante de trasladarlo a destino sin sufrir nuevas incidencias». «La compañía trató de eludir su responsabilidad, eliminando la indemnización correspondiente», añade el juez. «El perjuicio al demandado fue claro y evidente, y vino motivado por la conducta de Vueling. Fueron las sucesivas cancelaciones las que generan que se tenga que comprar un nuevo billete, y por ende surge la obligación de cubrir ese perjuicio». La empresa también ha de pagar los intereses y las costas.