La Asociación de Altas Capacidades y Talentos de Ibiza y Formentera sostiene que actualmente hay 120 niños y jóvenes pitiusos con necesidad de «una educación especial» e incluso de «avanzar un curso» debido a que tienen un nivel de aprendizaje por encima de la media y no son atendidos como merecen, según su presidenta, Esperanza Marquès, fundamentalmente por la falta de sensibilización, «cada vez menor», eso sí, y «la falta de formación del profesorado», entre otras cuestiones.

Hay muchos más casos invisibles, ya que sólo se detecta el 0,3% del alumnado con altas capacidades, cuando, según un estudio de la Universitat de les Illes Balears, se calcula que el 7% aprende mucho más rápido que la media.

La asociación pitiusa de altas capacidades, que acumula una década de existencia, se ha unido a la de Mallorca, de 13 años, y la de Menorca, que tiene sólo un año de experiencia, en una federación de ámbito balear. Aunque ya llevan un año trabajando juntas, la constitución de la nueva Federación Balear de Altas Capacidades Ment i Cor se llevó a cabo ayer en la casa payesa de Can Tomeu, en Ca n'Escandell, en una jornada festiva con la presencia de representantes de las asociaciones de cada isla y niños y jóvenes talentosos.

Esperanza Marquès, que ocupará la presidencia de la nueva federación, presentó ayer junto a los presidentes de las asociaciones de altas capacidades de Mallorca, Salvador Angosto; y Menorca, Susana Balle, la finalidad de la nueva organización, entre las que destacan «la defensa de los intereses de los alumnos talentosos y sus familias, la promoción de la sensibilización de la sociedad y el asesoramiento de las instituciones».

De hecho,al final del curso 2014-15 el Govern balear aprobó el protocolo, que «desgraciadamente no es de obligado cumplimiento», según advirtió Angosto, para que los centros de educación hagan las pruebas para detectar a aquellos alumnos que precisan, según su criterio, de una educación especial por aprender más rápido.

Se empezó a aplicar el año pasado en primero de Primaria y de Secundaria, pero sólo se hizo en el 37% de media de los centros. Marquès resaltó que es «discriminatorio que se haga en unas escuelas y otras no» y recordó que la ley contempla «el derecho de los jóvenes a ser educados según su máximo potencial de aprendizaje».

No se aplican medidas

«Son niños que necesitan una ampliación curricular, una adaptación o bien un salto de curso. Intentan adaptarse a un ritmo que no les motiva y esto les causa problemas emocionales y frustración», detalló Marquès.

La presidenta de la federación balear reconoció que actualmente los alumnos con altas capacidades no reciben «una educación especial» ni se les pasa de curso. Esta última es una medida que se considera «agresiva y cuesta adoptarla», según resaltó Angosto. En Mallorca se ha hecho en algún caso, pero no en Ibiza. En todo caso, cada vez hay «más sensibilidad» y los propios profesores piden «más formación». «Se hace algo, pero falta mucho», agregó Marquès.

Angosto resaltó que para atender «bien» a un alumno con altas capacidades, la educación debe ser «inclusiva», sin poner etiquetas, lo que obliga, dijo, a «cambiar el modelo educativo actual».