La torre de defensa de sa Sal Rossa, la cueva de es Culleram (Sant Vicent) y el molino de Puig d'en Valls son los tres monumentos histórico-artísticos de Ibiza que desde ayer pueden volver a ser visitados por turistas y residentes, según anunció ayer el conseller insular de Cultura, David Ribas. Desde ayer y a lo largo de seis meses, estos tres monumentos estarán abiertos de 10,30 a 13,30 horas y dispondrán de monitores para atender las visitas que se reciban, que podrán efectuarse de martes a domingo.

Al propio tiempo, el Consell ha editado casi 20.000 folletos informativos, en varios idiomas, sobre estos y otros monumentos ibicencos, como son el Molí d'en Simó (Sant Antoni), el Molí des Raspallar y el Molí d'en Porxet, que de momento no son visitables, pero está previsto que lo sean en un futuro cercano, informó el conseller. Todos ellos son propiedad de la institución ibicenca. Estos prospectos incluyen un código QR que redirige al lector a la sección de Patrimonio de la página web del Consell, donde se aporta una información más completa sobre cada uno de ellos. Entre los folletos y los monitores, la institución ha invertido algo más de 22.000 euros.

Aunque de momento estos enclaves sólo abren durante seis meses al año, la intención del conseller David Ribas es que en un futuro próximo «puedan estar abiertos un día a la semana durante todo el año, al objeto de que puedan ser visitados por grupos ecolares, turismo del Imserso y otros colectivos», incrementando así el aprovechamiento educativo de estas instalaciones.

En relación con el Molí d'en Porxet, situado en la calle Lucio Oculacio de Puig des Molins, David Ribas anunció: «Muy pronto tendremos noticias sobre su rehabilitación», concretamente sobre la reconstrucción y reinstalación de las antenas (aspas) que un vendaval derribó en 2013. El proceso para la recuperación de esta estructura «está terminando ya», añadió.