A partir del próximo 1 de junio, Benirràs se convertirá en la segunda playa de Ibiza, después de Cala Salada, donde quede restringido el acceso en coche y se implante un sistema de lanzaderas y autobuses para evitar la masificación que sufre este espacio durante los domingos por la tarde como consecuencia de la llamada 'Fiesta de los Tambores'.

Según el plan que presentaron ayer los máximos responsables del Consell y del Ayuntamiento de Sant Joan, a partir de ese día sólo podrán estacionar 400 coches en los lugares habilitados para ello (la llegada a la cala y un solar municipal cercano) y quedarán suprimidos todos los aparcamientos disuasorios que hasta ahora explotaban vecinos de la zona en descampados y bancales.

Una vez que estas 400 plazas queden llenas, se impedirá la llegada de más coches a Benirràs, salvo si son vehículos autorizados o autobuses. Para ello, se instalará una barrera móvil a la altura del desvío hacia el Port de Sant Miquel, donde ayer ya había dos señales verticales prohibiendo la circulación. Además, en el cruce de la carretera de Benirràs con la de Sant Miquel-Sant Joan (Can Tirurit) se instalará otra barrera atendida por vigilantes que ya desde allí (4,4 kilómetros antes de Benirràs) prohibirá el acceso a coches que no estén autorizados, como vecinos, taxis, servicios de emergencias y autocares. Estas restricciones están previstas, inicialmente, para los domingos, día de máxima afluencia de turistas.

Barrera en Can Tirurit

A partir de ese momento, se podrá llegar a la cala en autobús de dos formas: o bien mediante la línea Ibiza-Benirràs, que tendrá tres enlaces diarios de lunes a sábado, o con el trayecto Sant Antoni-Benirràs, que funcionará los domingos. Además, en la carretera que va a Benirràs, 600 metros después de Can Coroner, en la finca de sa Plana, se instalará todos los domingos una parada con marquesina para el autobús-lanzadera, que hará trayectos de ida y vuelta continuamente (cada treinta minutos) a Benirràs. Allí mismo habrá una explanada, propiedad del Ayuntamiento, que se habilitará como aparcamiento con capacidad para otros 400 vehículos.

Este mismo bus lanzadera, que tendrá 42 plazas, se acercará en cada trayecto a la rotonda de Can Coroner para recoger a posibles viajeros que lleguen con el autobús de Sant Joan o Portinatx, explicaron el alcalde, Antoni Marí, Carraca, y el presidente del Consell, Vicent Torres.

Los precios de billete de estos servicios de autobús, que prestará la empresa Sagalés, serán similares a los que se cobran en Cala Salada. El trayecto Ibiza-Benirràs costará 2,95 euros (sólo ida), igual que el de Sant Antoni-Benirràs, pero en ambos casos el precio será sólo de 1,85 euros si se dispone de la correspondiente tarjeta de descuento.

La lanzadera entre la explanada de sa Plana y Benirràs costará 1,90 euros el trayecto simple, y 0,90 si se tiene tarjeta de descuento. Los horarios de este servicio empezarán a las 16,30 y se prolongarán hasta las doce de la noche durante los meses de julio y agosto.

El Consell de Ibiza anunció que va a desplegar una campaña de publicidad e información en toda la isla para dar a conocer este nuevo servicio y sus horarios.Las instituciones alertaron de que este sistema puede ir adaptándose según las necesidades.