Es el impulsor de estas jornadas desde hace 11 años. ¿Cómo surgió la idea?

Hubo un momento, tras muchos años de carrera, en que pensé en traer gente interesante a la isla para que aquí hubiera algo más que sexo, drogas y rock & roll.

Participan una treintena de ponentes y hay 260 inscritos. Organizarlo debe de ser difícil, y mucho más encontrar la financiación.

Sin la ayuda de la industria farmacéutica es imposible montar nada. Ni siquiera nuestro servicio de salud apoya este tipo de iniciativas.

¿Y ese tipo de ayuda no es a cambio de que ustedes fomenten determinados fármacos de esas empresas?

No, porque estamos hablando de profesionales y de unas jornadas científicas de formación.

Pero ellos ponen el dinero.

Ponen los estands. Y gracias a esos estands podemos traer a los ponentes. Este año, que ya no estoy en el Ib Salut, lo organiza el servicio de Neumología de la Policlínica del Rosario, pero el hospital en el que estaba antes [Can Misses] nunca pagó nada, excepto una vez, que abonó una cantidad irrisoria. Este año traemos a 31 ponentes, cinco de ellos internacionales. Sin la ayuda de la industria farmacéutica no habría sido posible.

¿Cuál ha sido la evolución en esta década?

El primer año tuvimos 35 inscritos. Este, 260. Al principio teníamos solo un tercera parte de la sala disponible en este hotel [Torre del Mar], y estaba medio vacía. Ahora tenemos la sala entera y está llena. Desde hace mes y medio ya no aceptamos ninguna inscripción más porque el aforo está lleno.

Y usted sigue organizándolo pese a que ya ha cumplido los 65 años de edad. ¿Por qué no se ha jubilado?

Me jubilé de la pública. Pero me siento vivo y activo. Y capaz de organizar este tipo de eventos.

En estas jornadas se centran, entre otros temas, en el tabaquismo, la primera causa de enfermedad y muerte prematura en el mundo occidental y responsable del 90% de los fallecimientos por cáncer de pulmón. Y sin embargo, parece que no es una dolencia tan mediática como otras.

En el tabaquismo luchan dos factores: por un lado, la evidencia científica, que manejamos los neumólogos; por otro, los intereses de la industria tabaquera. El poder económico de esa industria es tal que su lobby ha llevado a juicio a dos países, Uruguay y Australia, por querer reducir el número de fumadores al 10%. Si logramos disminuir la tasa de fumadores, disminuye la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), los cánceres y las enfermedades cardiovasculares. Rebajar el número de fumadores sería la mejor medida en salud pública. Hay que potenciar las unidades de tabaquismo. Son las unidades más costo-efectivas de cualquier área.

Pero en Ibiza está de capa caída.

Cuando yo me fui del hospital (en diciembre de 2015) hubo un intento de suprimirla, pero se llegó a un acuerdo con la dirección médica para que continuara. Pero parece que hace unos días, la dirección médica ha dicho que solo se podrá atender tres horas y media. Mis compañeros han dicho que a ese precio no, pues se pagan peonadas muchísimo más caras sin poner pegas. Hay muchas maneras de suprimir las cosas: apretando el tornillo, por ejemplo.

Seguro que es más económico el funcionamiento de esa unidad que atender a un paciente de EPOC.

A eso deberían responder los políticos que dirigen el hospital Can Misses, el gerente y la dirección médica. ¿Por qué prefieren que desaparezca la unidad de tabaquismo?

Si cada año se producen unas 60.000 muertes en España relacionadas con tabaquismo y sigue habiendo 12 millones de fumadores, algo no funciona en las campañas que intentan avisar de su peligro ni en las restricciones impuestas.

Pues no. De hecho, los niños ya se inician en el tabaco a los 13 años.

Y a los 11.

¿Por qué lo hacen? Por la falsa idea de que fumar adelgaza. De los que se inician, el 70% son niñas. Hace unos años ocurría lo contrario: casi todos eran niños. Y eso ocurre porque creen que si fuman adelgazarán.

¿No por parecer mayores, por las apariencias?

Creen que así serán mujeres más rápidamente. El lobby de la industria tabaquera tiene un marketing terrible: dedican más dinero que muchos estados. Contra eso es complicado luchar. Si encima hay trabas legales€ En Ibiza, por ejemplo, hay muchas terrazas que no cumplen la normativa. Y se fuma en muchas discotecas.

La EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) es la tercera causa de muerte en el mundo. Qué cree que habría que hacer para detener esta sangría.

Ayudar a la gente que fuma para que deje ese hábito. Y evitar que se inicie la población. Está demostrado que lo que más eficacia tiene para evitar que la juventud se inicie en el consumo del tabaco es subir su precio. España es el estanco de Europa. Cuando vuelven a sus casas, los turistas llenan sus maletas con cartones.

Pero para que alguien deje de fumar tiene que ver la luz. Usted mismo fue un fumador empedernido. ¿Cuándo y por qué lo dejó?

Fumé el último cigarrillo hace 39 años, cuando empecé a ver que todo lo que padecían los pacientes que atendía estaba relacionado con el tabaco: la tuberculosis se da el doble entre fumadores, como las neumonías. Con la EPOC, antes los enfermos se morían a los sesenta y pocos años de edad. Ahora llegan hasta los 80. Hemos mejorado en la atención, pero no en el consumo del tabaco. Yo no quería acabar así.

Si llega a un espacio donde hay mucho humo de tabaco, ¿qué hace?

Me voy. El que ha dejado de fumar o no fuma tiene el olfato perfecto. Puede detectar a alguien que fuma a 40 metros de distancia, en función de la dirección del viento.

¿Cómo convence a alguien para que deje de fumar?

El tabaquismo es una enfermedad adictiva, crónica y recidivante (que tiende a aparecer tras un periodo de curación). El que fuma está enfermo. Necesita ayuda. Pero como es adictiva, tiene que querer dejarlo. Nosotros no podemos convencerle. Solo podemos dar información, por ejemplo de las ventajas que tendrá al abandonar ese hábito.

¿La combinación entre tabaco y alcohol es tan letal como se advierte?

El problema del alcohol es que hace perder la capacidad de decisión, tu control, tu yo. El que está dejando de fumar, el día que se toma una copa tiene el 50% de posibilidades de recaer. El tabaquismo es una enfermedad adictiva y como tal hay que tratarla. El fumador, en realidad, no tiene la culpa, pues es un enfermo. Pero la Administración debe facilitar la ayuda para que puedan dejar de fumar. Sin embargo, pone a veces muchos problemas. En Ibiza, la Sanidad pública solo tiene una unidad de tabaquismo en el hospital y encima se le ponen trabas para que siga funcionando. Es algo difícil de entender.

Del tabaquismo a la EPOC hay un paso.

Uno de cada cinco fumadores, el 20%, tendrá EPOC. Un enfermo de EPOC que deja de fumar en estadios leves podría detener la evolución de la enfermedad. Lo único que ha demostrado que mejora la supervivencia es dejar de fumar. Y la oxigenoterapia.

¿Cómo es la vida de un enfermo de EPOC?

Depende del grado de afectación. Levantarte y no poder respirar, toser constantemente, no poder caminar porque te ahogas, es una vida muy complicada. Te vuelves sedentario porque a la mínima que te mueves te ahogas. Entras en una depresión.

Hay muchos niños que se inician en el tabaco a los 11 años. ¿Cómo reacciona su organismo, que está en pleno desarrollo, ante las primeras caladas?

El efecto es mucho peor que en un adulto. Su cuerpo está desarrollándose. El tabaco contiene muchas sustancias nocivas: hay más de 4.000, muchas de ellas tóxicas, unas 200 cancerígenas, algunas son inflamantes, oxidantes, irritantes€ Si usted fuera al supermercado a comprar una sopa y en el sobre leyera que contiene todo eso, ¿se lo llevaría a casa para que la comiera su familia? En un niño, sus efectos son aún más destructivos en su aparato respiratorio. Igual que en los asmáticos. Lo curioso es que el 30% de los asmáticos fuma.

Hace dos años alertó sobre las cachimbas.

El cigarrillo electrónico tiene menos productos tóxicos que el tabaco, pero no dispone de los registros sanitarios adecuados. Los neumólogos contamos con un arsenal farmacéutico maravilloso para ayudar a dejar de fumar. ¿Dónde se vende el cigarrillo electrónico? En las farmacias, no.

Hay quien fuma porros o tabaco de liar porque cree que es menos dañino para sus pulmones.

Tragan humo, luego es malo. Irrita, inflama y puede producir los mismos daños que un cigarro. Incluso el cigarrillo manufacturado es menos tóxico que el tabaco de liar, en contra de esa leyenda urbana que afirma lo contrario. Tiene más monóxido de carbono, más alquitrán y más nicotina. Cualquier humo que entra en el aparato respiratorio lo altera todo.

Tratarán en una charla la contaminación por colillas de cigarros.

Es lo que se llama el humo de cuarta mano. Se necesita un enorme presupuesto para recoger todas las colillas. Producen una enorme contaminación medioambiental. Desde el punto de vista económico, no es muy justo que eso lo tenga que pagar toda la sociedad. También hay un humo de tercera mano: son las sustancias más pesadas, las que contienen más cancerígenos, que se depositan en los sofás, en las alfombras, en las paredes, en las ropas. Tiene más cancerígenos que el humo normal.