En el año 2032 la isla de Ibiza habrá construido todos los suelos urbanos que aún quedan sin edificar, así como las plazas que se permiten en suelo rústico. No quedará para entonces más lugar para el crecimiento, pues se habrán consumido todos los terrenos urbanizables. En Formentera, sin embargo, ello sucederá muchísimo antes: dentro de cuatro años.

Así lo pronosticó ayer la conselleria de Territorio del Govern balear, cuyo titular, Marc Pons, dio a conocer un exhaustivo informe del Servei d'Informació Territorial de la Comunitat Autònoma. La situación de las Pitiusas es la más acuciante de todo Balears, puesto que Mallorca aún tardará 40 años en agotar su suelo vacante, mientras que Menorca aún tiene terreno para 111 años, dada la escasísima demanda de construcción que hay en aquella isla.

A tenor de los resultados que arroja el citado estudio, la isla de Ibiza tiene ahora mismo suelo vacante (es decir, calificado como urbano o urbanizable, pero aún no construido) para 43.348 personas, mientras que Formentera tiene para 1.584 habitantes más. Teniendo en cuenta la velocidad de crecimiento de la población de cada isla, la conselleria llega a la conclusión de que en quince años se habrá consumido la totalidad del suelo vacante en Ibiza y en cuatro el de Formentera.

En Ibiza, el crecimiento medio anual de la población es de 2.816 habitantes, mientras que en Formentera es de 417. Aunque esta última cifra puede parecer modesta, resulta exageradamente alta si se compara con Menorca, donde sólo llegan 317 habitantes nuevos al año. En Mallorca, la cifra es de 7.067 residentes nuevos por año.

Traducido en número de viviendas, el suelo vacante que queda por desarrollar en Ibiza equivale a 17.202 viviendas y 629 en Formentera. De ellas, más de un 70% corresponden a edificios plurifamiliares y el resto, a casas de campo.

«Con estas cifras y conscientes de la presión humana y de la capacidad en que se encuentran nuestras infraestructuras, está claro que se tiene que hacer un esfuerzo para preservar el suelo rústico y no plantearse nuevas clasificaciones de suelo», señaló Marc Pons en la presentación de estos datos. «Debemos centrarnos en regenerar y dar herramientas para actuar sobre la ciudad ya construida», agregó el responsable de Territorio del Govern balear.