Si el trayecto de ocho horas y media entre Ibiza y Barcelona a bordo del ferry 'Zurbarán' de Trasmediterránea le parece eterno, vaya acostumbrándose. La naviera no tiene previsto ni a corto ni a medio plazo cubrir esa travesía en menos tiempo, ni reducir las seis horas y media que emplea el 'Juan J. Sister' en unir la isla con Valencia. Mario Quero, consejero-director general de Trasmediterránea, lo dejó ayer bien claro durante la celebración, en el refectorio del antiguo Ayuntamiento de Ibiza, del centenario de la compañía: para las distancias cortas, solo en temporada alta; para las largas, ni eso.

«La alta velocidad -explicó Quero- tiene sentido cuando las distancias son cortas y lo justifican, y cuando el precio del combustible está en niveles moderados. No creo que se recupere la alta velocidad en distancias más largas, no tendría mucho sentido. Tampoco lo tiene mantener esa alta velocidad durante toda la temporada baja, no más allá del periodo estival».

A su juicio, el problema de la alta velocidad es que el modelo de negocio «está muy expuesto a la volatilidad del combustible». Quero recordó lo sucedido justo cuando estalló la crisis económica: «Es lo que nos pasó en los años 2007 y 2008, cuando una subida del precio del combustible generó una ruptura del equilibrio financiero del proyecto. Tenemos que ir a soluciones en las que la exposición al riesgo sea la menor posible. ¿Cómo lo conseguimos? Con combustibles más baratos y alternativos y no únicamente gasoil, como sucede con las embarcaciones rápidas».

De 30 a 120 dólares

Visto cómo se comporta el mercado de combustibles, en Trasmediterránea han decidido apostar sobre seguro: «Cuando tomamos decisiones miramos mucho al pasado. Hace cinco años teníamos el Brent a 120 dólares el barril; en el 2016 llegó a caer a los 30 y ahora está en torno a los 50 dólares. Tenemos que ir a modelos donde la exposición a la volatilidad del combustible produzca el menor impacto posible».

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Centenario de Trasmediterránea en Ibiza

Trasmediterránea tiene un plan, que inició en 2015, para «ampliar la capacidad» de la flota actual, así como «una mejora del estándar de habilitación de los barcos existentes», de manera que los que «antes transportaban 1.000 pasajeros, puedan alojar a 1.300». Se tarda mucho en llegar al destino, pero eso lo intenta compensar «con una mejora de la acomodación y de la percepción del pasajero».

La compañía nacida hace un siglo proyecta el aumento de la capacidad de sus naves para mejorar la eficiencia de la explotación: «Vamos hacia barcos más grandes en términos de pasaje y de carga. Tendrán mayor eslora y distinta distribución para poder optimizar la acomodación a bordo. Habrá distintos modelos de acomodación». El plan de reestructuración de la flota «será introducido poco a poco en el mercado».

Buques de 200 metros

Respecto a sus tamaños, crecerán ostensiblemente: «Tendrán unos 200 metros de eslora, cuando en la actualidad la flota tiene en torno a 180 metros». En cuanto a la cartera de proyectos de nueva construcción, Quero indicó que no puede dar información porque se encuentran en plenas negociaciones. Eso sí, «Balears es un punto donde está previsto la incorporación de flota nueva».

Para compensar esas singladuras eternas, en la Tras quieren «mejorar el modelo de atención al pasajero, mejorar la experiencia del cliente». ¿No mejoraría esa experiencia si en vez de ocho horas, se llegara a Barcelona en cuatro? La respuesta es que ya tienen un tipo de modelo escogido y unos barcos que amortizar: «Es una cuestión de modelo. Si tienes barcos que tardan cuatro horas, el modelo de acomodación se debe adaptar a un viaje más corto. Tendrían que tener butacas cómodas. Si no, tendrías que dar servicio de hotel, como un camarote. En modelos de velocidad por encima de los 30 nudos, donde duran cuatro horas, tiene sentido que haya butacas y no camarotes, pero en modelos de velocidades más reducidas, en torno a los 20 nudos, vas a travesías de seis o siete horas donde el pasajero sí necesita más servicios de acomodación».

En cuanto a las infraestructuras portuarias, Mario Quero subrayó que «Ibiza es un paraíso y como tal hay que gestionarlo bien». Considera que «se está demostrando que esa gestión está siendo muy buena», hasta el punto de que «permite que el proyecto de Ibiza sea sostenible». Quero cree que «es muy importante tener toda la infraestructura necesaria para poder seguir creciendo y, al mismo tiempo, seguir dando un servicio cinco estrellas, que es lo que se demanda».

Respecto a la precaria estación marítima, no puso objeciones: «En general, Balears y España tienen una buena infraestructura. Ibiza es una muestra de ello. Todo lo que sea favorecer el transporte marítimo de pasajeros y de carga en general será muy bien recibido. Valoramos todo lo que se ha hecho hasta ahora».

El consejero-director general de Trasmediterránea recordó que «Balears representa el 40% del volumen de negocio» de la empresa.