La jueza Carmen Martín, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ibiza, ordenó ayer a mediodía el ingreso en prisión provisional sin fianza del francés P. B., de 58 años de edad, acusado de homicidio. Fuentes conocedoras del caso explicaron que este hombre reconoció ante los investigadores de la policía judicial de la Guardia Civil ser el autor de la muerte del suizo Bernhard Urs Mattli, de su misma edad, a quien supuestamente golpeó con una barra de hierro en la cabeza en la caseta que ambos compartían junto con el español A.D.R.B., de 64 años.

La jueza ha dejado en libertad con cargos al español, acusado de colaborador o cómplice, mientras continúa la investigación y se determina si está o no involucrado en la muerte del suizo.

Los hechos ocurrieron entre el lunes por la noche y el martes por la mañana en la caseta en la que vivían los tres okupas, en el antiguo delfinario, situado dentro del parque natural de ses Salines.

Según las testimonios recabados por los investigadores, un vecino de la zona escuchó el lunes por la noche «gritos y palazos» procedentes del recinto abandonado del antiguo delfinario, ubicado en el camino de sa Sal Rossa. Sin embargo, se cree que la agresión que resultó mortal no tuvo lugar esa noche sino el martes por la mañana.

La policía judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación con el apoyo del Equipo de Homicidios y del Laboratorio de Criminalística, que se desplazaron desde Palma.

Interrogatorio

Ante los agentes, A.D.R.B. dijo que fue P.B. quien golpeó al suizo en la cabeza con una barra de hierro, lo que, presumiblemente, le ocasionó la muerte. El propio P.B. admitió ante los agentes ser el autor de la agresión. Sin embargo, no se ha informado acerca del contenido de la declaración de los detenidos en el juzgado y si alguno de los dos modificó el sentido de la misma respecto a lo que dijeron en el cuartel de la Guardia Civil. Ambos han pasado dos noches en los calabozos del cuartel de Can Sifre antes de ser conducidos al juzgado. Al parecer, los tres hombres discutieron por asuntos domésticos relacionados con la convivencia en la caseta del delfinario. La discusión acabó a golpes y fue el suizo Bernhard Urs Mattli quien se llevó la peor parte. Tras la agresión, intentaron curar a la víctima aplicando yodo en la herida de la cabeza, informaron fuentes conocedoras del caso. Los investigadores lograron encontrar la barra con la que se produjo la agresión.

Debido al mal estado en el que se encuentra el delfinario y al peligro que representan las piscinas destinadas a los delfines -que se llenan de agua de lluvia- en caso de que alguien se caiga, el Ayuntamiento de Sant Josep se planteó derribarlo. El Consistorio realizó gestiones con los propietarios de las instalaciones y, finalmente, no se hizo nada.