La carretera de Santa Eulária (que une este municipio con Vila) es una de las más transitadas de la isla y, también, la que más polémica genera en las redes sociales. Los conductores ya han asumido -más o menos- las largas colas que tienen que soportar en verano debido a la multiplicación de vehículos en la isla.

Y ahora también hay atasco en temporada baja. Porque desde que la travesía de Jesús ha tenido que volver a ser reparada y se ha cerrado el principal acceso a esta población (desde el 2 de marzo y durante el plazo de un mes) la carretera de Santa Eulària es una auténtico tormento para los conductores. Casi a cualquier hora del día las colas de vehículos son interminables en uno y otro sentido, acabando con la paciencia de muchos ciudadanos.

Esta situación se ve reflejada en las redes sociales, sobre todo en Facebook, donde los conductores aprovechan el tiempo que están parados en la carretera para fotografiar el atasco y lanzar sapos y culebras por sus dedos. Y sus quejas tienen mucho feedback, ya que son pocos los ciudadanos de la isla que no hayan padecido esa misma situación. La empatía es el primer reflejo que tiene todos.

La situación es tan desesperante que muchos ya ven con buenos ojos los que les parecía una idea peregrina de la consellera insular de Movilidad, Pepa Marí, cuando recientemente lanzaba la idea de que los ciudadanos pudiesen moverse entre los municipios de Santa Eulària y Vila con un ferry para poder sortear la saturación de la carretera.

Al encontrarse con la retención, muchos suelen preguntar en las redes si ha habido algún accidente (les cuesta creer que semejante retención sea "natural"), otros no entienden "¿qué hace tanta gente yendo a Santa Eulalia?", y hay quien pide y ruega "un tren". La amplia mayoría se pregunta "¿Si estos ocurre ahora qué va a pasar en agosto?". Obviamente son muchos los que se "acuerdan" de los políticos, pero no sería de buen gusto reproducir sus calificativos en este espacio.