Quitar de la venta un bloque de apartamentos para destinarlo al alquiler de los empleados que vienen a trabajar de temporada, negociar el pago de una parte del alquiler, reformar nuevos espacios en los establecimientos para los trabajadores, comprar apartamentos o reformar casas de campo y convertirlos en chalets para alojar a los trabajadores más cualificados...Son algunas de las medidas que están tomando las empresas hoteleras ibicencas ante el problema de la vivienda que afecta a la isla y que, como reconocen la mayoría de los hoteleros, «ha pasado de ser una cuestión turística a un grave problema social».

Los empresarios hoteleros están «muy preocupados» y llevan desde hace unos años moviéndose para atajar este problema. «Creo que si no ha sido más grave es porque estamos trabajando desde hace unas temporadas en mejorar las habitaciones del personal y en dar la manutención a los trabajadores», señala Juanjo Riera, presidente de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (Fehif).

Para Riera, hay que tener en cuenta que el trabajador de temporada viene «a ganar dinero» y por eso el hecho de que se le facilite el alojamiento «le ayuda a no gastar». Esta medida, que no es la «ideal» para otros empresarios como Pedro Matutes, director general de Sirenis Hotels & Resorts, es a día de hoy la única posible para dar estabilidad a las plantillas y sobre todo para completar las de cara a la temporada.

«Entendemos que lo suyo sería que la persona que trabaja en un hotel cuando termina la jornada laboral se fuera a su casa, pero eso no se puede dar a día de hoy», señala Matutes, que destaca que en los hoteles de Sirenis, dependiendo de dónde estén ubicados -en zona urbana o en la playa-, se aloja entre un 20 a un 80% de la plantilla. Además, al problema de los trabajadores del hotel se suma también el del personal de los turoperadores, «que piden ser alojados durante varios días» y por lo tanto ocupan varias habitaciones.

70 viviendas en Can Raspalls

Esta situación «inaudita» que vive la isla, como la califica Raúl Benito, el director corporativo de Recursos Humanos de Palladium Hotel Group, ha provocado que, por ejemplo, la inmobiliaria del Grupo Empresas Matutes haya retirado de la venta varias promociones en la isla para destinarlas al alquiler de habitaciones a trabajadores, «todo conforme a la ley», señala Benito, y «a precios muy razonables» o reformado casas de campo para habilitarlas como alojamiento de alto standing para los trabajadores más cualificados (chefs, jefes de servicio, etc.) de los hoteles más importantes de la cadena hotelera, como el Ushuaïa o el Hard Rock Hotel.

«No tenemos otra opción, las habitaciones que teníamos destinadas a alojamiento en los hoteles, y que en los últimos cuatro o cinco años habíamos incrementado muchísimo, ya no son suficientes», apunta Benito, que destaca que la empresa hace «todo lo posible» para alcanzar la estabilidad de la plantilla. En Can Raspalls, en un bloque de viviendas nuevas hay 70 apartamentos de tres habitaciones cada uno destinadas a este cometido. La empresa ha tenido que crear un departamento específico para ello y contratar una gobernanta para gestionar las habitaciones del personal. «Es increíble, porque además cada año tenemos que incrementar el personal en este departamento», comenta Benito que tiene claro que, si no se toman medidas como esta, «no hay gente suficiente para trabajar en la isla».

Pisos «a buen precio»

Otra empresa que ha recurrido a alojar a sus trabajadores en viviendas es el nuevo hotel de cinco estrellas que abrirá este verano en Talamanca, el Nobu Hotel Ibiza Bay. Su director de Recursos Humanos, Nacho Rodrigo, señala que el tema del alojamiento lo tienen controlado. «El hotel compró 44 apartamentos en un bloque de viviendas de la avenida Vuit d'Agost, que tienen piscina y hasta pista de pádel y los alquila a sus trabajadores a buen precio», apunta Rodrigo.