Los dos centros de recuperación de animales de la isla, sa Coma y Can Dog, están saturados. Son incapaces de gestionar la gran cantidad de perros y gatos abandonados, perdidos o maltratados que pululan por Ibiza. «Por eso lo que queremos, nuestra prioridad, es poder contar con un refugio, aunque no es fácil», explica Rocío Muñoz, presidenta de la asociación protectora de animales RqueR Adoptando en Ibiza, que ayer se encargó de organizar el II Festival We Love Animals en la carpa del Passeig de ses Fonts de Sant Antoni. El evento, que el año pasado celebraron en el Gala Nignt, está pensado para recaudar fondos y tratar de buscar un hogar a los siete perros y seis gatos que, en la actualidad, la asociación tiene repartidos entre otros tantos voluntarios.
«De momento no disponemos de refugio y tenemos a los animales en casas de acogida, que son de voluntarios de nuestra confianza que cuidan de ellos», dice Muñoz.
RqueR les paga la manutención, y los voluntarios sólo se tienen que ocupar de cuidarlos. La asociación se encarga también de los pasaportes de las mascotas, los chips y las vacunas, así como de desparasitarlos y esterilizarlos. La tasa de adopción es de 50 euros para los gatos y 75 para los perros adultos y de 65 para los cachorros.
El festival coincide con el segundo aniversario de RqueR. Muñoz y varios compañeros decidieron crear esta asociación porque vieron que existe una necesidad en la isla de intentar resolver el problema de la sobrepoblación de perros y gatos abandonados o maltratados.
Denunciar el maltrato
«Decidimos constituirnos en asociación porque era la única forma de enfrentarnos al maltrato, porque como particular no se puede hacer nada», señala. En sus dos años de existencia, RqueR ha logrado rescatar de la calle, del abandono o del maltrato a 86 animales, que ya tienen un hogar en familias de la isla. «Hemos ganado [judicialmente] varios casos de maltrato, sobre todo de podencos», advierte. A través de fotos y vídeos que demostraban el mal estado de los podencos, la asociación ha conseguido rescatar a varios de estos animales. Muñoz piensa que debería aprobarse una ley de protección del ca eivissenc.
Se lo ha reclamado incluso a la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, con quien RqueR mantuvo una reunión en la que también pidieron un solar para poder levantar un refugio. Lo mismo han hecho con todos los ayuntamientos ibicencos. De momento no lo han conseguido, pero insistirán, dice Muñoz, que subraya que no cuentan con ningún tipo de subvención y que toda su financiación proviene del dinero que recaudan en mercadillos y en eventos como el de ayer, en el que venden las camisetas de la asociación, juguetes, calendarios, agendas, tazas, reciben donativos de material, montan una barra con bebidas y comida y también hacen una gran paella vegana que corre a cargo del experto Nacho Gozalbo, que cuenta con la ayuda de su madre, Conchita Fernández. «Nosotros es que somos de Castellón», dice Gozalbo, «así que esto de la paella nos los tomamos muy en seri0».
En las reuniones con los ayuntamientos y con Armengol, Muñoz ha puesto de manifiesto la incongruencia que supone que los municipios tengan normas diferentes para la tenencia de animales. «Hemos pedido a la presidenta del Govern que todo esto se unifique en una sola norma», manifiesta, «porque no tiene sentido que en una isla como ésta haya leyes diferentes». «Las cosas van mejorando», piensa, «y cada vez somo más los que disfrutamos de un perro o un gato como un miembro más de la familia, pero aún hay mucho que mejorar». A su entender, los ayuntamientos deberían avanzar en la concienciación sobre el problema de los animales abandonados o maltratados. Por ejemplo, Muñoz considera que habría que realizar campañas de esterilización y, en los colegios, enseñar a respetar a los animales. RqueR cuenta en la actualidad con unos 50 socios. Quieren más pero, sobre todo, lo que más desean, es poder abrir un refugio.
