Es la planta protegida que los técnicos medioambientales han localizado en la finca de Cala d´Hort donde una promotora intenta construir una gran mansión. Expertos del Ayuntamiento de Sant Josep, del Consell, de la conselleria balear de Medio Ambiente y del Grup d´Estudis de la Naturalesa (GEN) han constatado que en la zona existe una gran cantidad de ginestes d´Eivissa, centenares de ellas, lo que podría resultar decisivo para denegar la licencia de construcción. Ese es el poder de una planta protegida. O, al menos, en teoría, ese debería ser.

¿Y qué tiene de especial este arbusto para que una promotora urbanística haya tenido que aprenderse su nombre? «Esta planta está en el nivel más importante, en cuanto a protección, de todos las posibles en Europa. Estaria al mismo nivel que el lince», explica el presidente del GEN, el biólogo Joan Carles Palerm, lo que significa que «tendría que ser obligatorio conservarla. Es una prioridad».

En concreto, Genista dorycnifolia está en el catálogo de especies prioritarias de la Directiva relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestre; las especies, en definitiva, que Europa «no se puede permitir perder». Genista dorycnifolia es una especie endémica de Ibiza, y que sólo existe en esta isla, y también está catalogada en la lista de especies protegidas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Todo ello no significa que sea una especie en peligro de extinción, como si ocurre con el ejemplo del lince, pero sí revela que se trata de una especie importante, parte de la riqueza biológica de Europa y de su biodiversidad.

Fue el botánico catalán Pius Font i Quer quien describió este endemismo en el año 1919. Y, posteriormente, uno de sus ayudantes, Enric Gross, al que encargaba gran parte de las expediciones para la recogida de muestras, descubrió una variedad de la misma especie en los acantilados de es Amunts. Tal variedad fue bautizada como G. dorycnifolia subsp grossi, y sigue circunscrita a los acantilados del noroeste.

Y por si su valor como especie endémica de Ibiza no fuera suficiente, hay que prestar atención también al paisaje único que configuran las plantas propias de las islas. Si en invierno es un arbusto que no llama la atención, al llegar la época de floración, ya en marzo y sobre todo en los meses de abril y mayo, esta especie muda a un esplendoroso amarillo. Es entonces cuando las ginestes d´Eivissa pueden identificarse a distancia, aunque para percibir realmente su belleza hay que observar de cerca sus flores papilionadas y sus largos estambres. La altura de los arbustos y sus ramilletes de flores amarillas destacan en Cap des Falcó y algunos otros puntos del Parque Natural de ses Salines. Y abundan en el lugar concreto sobre el que hoy pende la amenaza de una gran casa con jardines. Si la existencia de las plantas fuera determinante para paralizar la costrucción, sería la primera vez que este endemismo detiene una obra. Flores amarillas versus cemento.