Las trabas que pone la Administración convierten el mantenimiento de los estanques del Parque Natural de ses Salines en «una auténtica pesadilla», según el director de Salinera Española en Ibiza, José María Fernández. Advierte de que se debe acometer con urgencia un plan de mejora de las instalaciones, que, resalta, están hechas «un desastre», para que la explotación pueda ser rentable

- En algunas ocasiones se ha hablado de que Salinera Española podría verse obligada a cerrar la explotación de la sal. ¿Es real esta posibilidad?

- Hace diez años esa posibilidad estuvo encima de la mesa. Y no ha de extrañar a nadie. Las salinas son una industria y esta ha de ser rentable. De lo contrario, no tendrá continuidad. A veces se nos olvida que en 1984 se cerraron las salinas de Formentera y en España en los últimos 45 años han desaparecido más de 60 salinas. Hoy en día esta posibilidad tan traumática, afortunadamente, no se contempla.

- ¿Pero son rentables? ¿Qué posición tienen las salinas de Ibiza en el mercado?

- Para que las salinas de Ibiza sean rentables se deben producir y vender un mínimo de 55.000 toneladas de sal anuales. El año pasado vendimos 48.000 toneladas. En España se producen cada año 3.000.000 de toneladas. La última cosecha ha sido excepcional, con 63.000 toneladas, lo cual representa el 2% de la sal que se produce en España.

- ¿Qué ocurriría si fallara alguno de sus clientes más importantes, como Islas Feroe?

- Sería un terremoto económico. Es nuestro principal cliente, habría que buscar nuevos mercados de forma urgente, evidentemente con una bajada de precios. Es como si a la fábrica de coches Seat le preguntáramos qué le pasaría si pierde el mercado español, imagínese.

- ¿Salinera Española ha superado la crisis económica?

- Como todo el mundo, hemos sufrido la crisis, pero vamos un poco distintos al resto. Cuando los demás padecen una crisis quizá nosotros no, y viceversa, porque nuestro mercado depende en un porcentaje alto de nuestros clientes extranjeros: de Islas Feroe, Noruega y Escocia. Si hay mucho bacalao, vendemos mucha sal y a lo mejor en España hay una crisis bestial. Y a la inversa. Las ventas de sal en España [parte de la producción de la isla también se suministra a este mercado] han bajado por la crisis, pero ahora están repuntando.

La última cosecha, de 63.000 toneladas, fue de récord en comparación con los resultados de los últimos años. ¿Cuál es el techo de la explotación?

La buena producción del año pasado se debió principalmente a la meteorología. Estábamos, y hablo en pasado, en un ciclo de sequía que nos ha beneficiado. La lluvia es nuestro principal enemigo. En segundo lugar se debe también a inversiones y mejoras que hemos podido realizar en los últimos años, pero son absolutamente insuficientes y han de continuar obligatoriamente en los próximos años. Un dato que muestra el grado de deterioro de nuestro espacio físico: las salinas españolas producen una media de entre 200 y250 toneladas de sal por hectárea y nosotros estamos en 140 toneladas de sal por hectárea. Si nuestras salinas estuvieran completamente arregladas, nuestro techo de producción debería estar sobre las 90.000 toneladas. No es ciencia ficción, a principios del siglo pasado con las salinas completamente renovadas ya se alcanzó esta producción.

- ¿Cuáles son los principales problemas de las instalaciones?

- El espacio físico sobre el que están construidas las salinas está muy mal, un desastre, aunque muchos que desconocen la industria y no viven de ella no lo perciban. Yo sé que los visitantes que pasean por las salinas lo ven como un lugar idílico. Pero la realidad de las lagunas no es esa. Hemos perdido en los últimos 40 años la mitad de las motas (a principios de siglo había cerca de 80 kilómetros de terraplenes cuando hoy en día no llegan a 45) y la mitad de los estanques (a principios de siglo había unos 100, pero ahora tenemos unos 65). Esto hace que las salinas no sean todo lo competitivas que deberían ser.

- ¿Qué supone arreglar completamente las salinas? ¿Puede afectar negativamente a la conservación del entorno natural?

- En absoluto, todo lo contrario, y lo expreso con toda la rotundidad. Hay un principio incuestionable en todas las salinas del mundo: cuando más conservado y mejor esté el espacio físico mayor es la riqueza medioambiental. La riqueza ecológica la ha creado la industria [salinera] y nadie más. La riqueza existente no la ha creado la conselleria de Medio Ambiente, sino Salinera a lo largo de 150 años.

- ¿Le ha convocado ya Medio Ambiente para reanudar las reuniones de la comisión prevista para elaborar el plan de actividad salinera?

No.

- ¿A qué atribuye que, más de una década después de la aprobación del Plan de Usos y Gestión del Parque, aún no se haya aprobado el plan? ¿Falta de interés?

- Me gustaría tener una respuesta pero no la tengo. Sinceramente, no creo que sea falta de interés. Por mi experiencia y lo que he observado en multitud de reuniones, creo que intervienen tantas administraciones, tantos departamentos, personas… que es un caos. Se manifiestan opiniones a veces contradictorias e infinidad de veces sin tener ningún conocimiento real ni de las salinas como Parque Natural ni de las salinas como industria. No hay nadie que se atreva a tomar una decisión, a dar un puñetazo encima de la mesa y que diga: hay que ir por aquí. Después de muchos años se empieza a entender que la industria salinera es la garante de todo, que todo existe gracias a la industria, incluyendo los puestos de trabajo (los suyos y los nuestros). Que si la industria desapareciera, todo se hundiría y recuperar unas salinas una vez cerradas es misión imposible, sólo tenemos que mirar hacia Formentera.

- ¿Qué actuaciones son imprescindibles para el mantenimiento de la explotación?

- Recuperar urgentemente y con un plan a 10 años vista el espacio físico de las salinas, que está muy deteriorado, como ya he dicho.

- ¿Y esto supone una inversión importante?

- La inversión es enorme para una empresa pequeña como esta, que es grande en terrenos pero pequeña en personal y económicamente. Estaríamos hablando de una cifra que no bajaría de los 300.000 euros anuales, lo que para nosotros es un gasto muy significativo.

- ¿Salinera necesita ayudas públicas para mantener las salinas?

- Primero, la ayuda que necesitamos es que nos dejen trabajar. No queremos ayudas [económicas]. Ahora bien, hay muchas salinas en España, sobre todo en el sur, a las que la Junta de Andalucía les da mucho dinero porque su explotación permite el mantenimiento de parajes naturales. Es una compensación. Lo que sí requerimos, y pensamos que debería ser así, es que todos los gastos extras que nos ocasiona el Parque Natural [para hacer una mota, por ejemplo, hay que hacer playas para las aves o taludes con una pendiente del 15%, lo que supone unos sobrecostes] no recaigan sobre nuestras espaldas. En todo caso, no me parece mal lo que se hace en Andalucía.

El director de Salinera Española, en el puerto de sa Canal. Foto: Sergio G. Cañizares

- ¿Cómo se mantiene al día la explotación sin contar con el plan de actividad salinera?

- Fatal. Es una autentica pesadilla para la empresa. No sabemos qué hacer. Al no haberse confeccionado un plan de actuación y dada la naturaleza de nuestra industria, donde la inseguridad jurídica es total, cualquier trabajo y depende del día puede ser motivo de sanción. No nos atrevemos a hacer nada, ya que vete a saber lo que puede pasar y más con los antecedentes que tenemos [se refiere al proceso judicial de más de 10 años que ha sufrido por el vertido de los lodos y por el que finalmente ha sido absuelto]. Esta situación mantenida día tras día y año tras año conlleva el deterioro general y la pérdida de competitividad y de puestos de trabajo (hace 22 años éramos 36 en plantilla y ahora somos 13 ). Este bloqueo por parte de quien tiene la solución no es baladí, tiene consecuencias.

- ¿Qué hacen con los fangos después del largo proceso judicial que ha vivido?

- Sobre el proceso judicial que he padecido personalmente y que usted cita me resulta difícil hablar. Le aseguro que para una persona que se limita a hacer el trabajo como siempre se ha hecho, el proceso ha sido una experiencia amarga que no se la deseo a nadie. En cuanto a la utilización de los fangos salineros, subproducto de nuestra actividad, estoy a la espera de que Medio Ambiente nos de el permiso para reutilizarlos. Permiso requerido en julio de 2015, reiterado por última vez en octubre 2016 y del cual sigo esperando la contestación definitiva.

- ¿Pero qué hacen con los fangos? ¿Dónde los vierten?

- Los fangos y yesos son un subproducto de la actividad salinera. Estos elementos se reutilizan en la construcción y reparación de motas y caminos. Los vertemos en las zonas que tenemos habilitadas a tal efecto para su reutilización.

- ¿Cuántas sanciones han recibido en los últimos años?

- En los últimos 15 años hemos soportado entre 30 y 40 sanciones. En cuanto a la cuantía de las sanciones y los gastos que conlleva en recursos, pleitos... cientos de miles de euros. Imagínese lo que esto supone para una empresa.

- ¿Cómo son las relaciones con la dirección del Parque Natural?

- Casi inexistente. Realmente la dirección del Parque Natural sita aquí en Ibiza es un convidado de piedra. La gestión real y la última palabra siempre está en Palma, donde se decide todo.

- ¿Qué ha sido del proyecto de recuperación de los estanques de sa Sal Rossa?

- No lo sé, supongo que como otros asuntos duerme el sueño de los justos. Cuando se nos ha consultado sobre este tema, por nuestra parte siempre hemos dicho que cuenten con nosotros para todo lo que haga falta.

- ¿Qué le parece la iniciativa que siempre anuncian los gobiernos de la izquierda y nunca han ejecutado de limitar el acceso rodado a ses Salines?

- Yo, que trabajo y vivo en la zona y conozco y padezco los problemas existentes en verano, veo casi imposible limitar o cerrar el acceso a las salinas. Una cosa es decirlo y otra es hacerlo. Turísticamente, ses Salines es la zona más conocida de la isla, el buque insignia, el lugar al que todos vienen por lo menos una vez. Un lugar en el que viven cientos de residentes, donde hay cientos de casas, decenas de negocios. ¿Cuántos personas trabajan en verano? 800, 1000... ¿Cómo se ordenaría todo? No lo sé, no es fácil. Creo que antes de contemplar una medida tan rotunda hay muchas cosas que se pueden hacer.