Es la lucha eterna de la izquierda, por mucho que Podemos se haya dado de bruces ahora con ella. El debate de candidaturas que mantienen los morados, y que se explicarán esta tarde en la sede del partido en Ibiza, resucita la discusión entre los que creen que el cielo se ha de conquistar al asalto y quienes apuestan por el procedimiento negociado.

Estos últimos son los que abogan por cambiar las instituciones desde dentro. Su abanderado es Íñigo Errejón y en la isla le apoyan, casualmente, todos los integrantes del Consejo Ciudadano Insular (CCI) ­-la dirección del partido- con un cargo en el Consell insular, incluida la vicepresidenta Viviana de Sans. Incluso la consellera de Asuntos Sociales, Lydia Jurado, va en su candidatura (puesto 31), la única ibicenca en una lista donde también está Juan Pedro Yllanes.

Enfrente están los que quieren reconectar a Podemos con la calle y los movimientos sociales que son la base del empacho de éxitos electorales de una formación que apenas lleva cinco años en el candelero. Aunque hay grados: están los anticapitalistas ­-que aglutinan al 10% de podemistas-, que consideran que el partido ha de ser una correa de transmisión de movimientos como el 15-M, con filtros éticos para evitar desviaciones de los cargos públicos, como postula el ibicenco Toni Sánchez Tirado.

Y por último, los equidistantes, que no renuncian a influir en las instituciones pero sin atarse las manos y trabajando por fortalecer la base, que se ha descuidado. Así lo ven Pablo Iglesias, el diputado autonómico Aitor Morrás y su líder en Balears, Alberto Jarabo.

Discusión interna

El debate puede sonar filosófico, pero sirve para ver dónde está cada uno en un partido joven que aún no sabe qué quiere ser de mayor, a pesar de que ya está en casi todas las instituciones. Las tensiones existen pero por el momento las fuentes consultadas aseguran que la sangre no llegará al río.

Viviana de Sans reconoce que «algo hay de este debate» detrás de la reciente salida de Sánchez Tirado del puesto de coordinador de grupo en el Consell o de la renuncia de Morrás a sus cargos internos, que anunció por Twitter con un elocuente: «Nos vemos en los círculos», la forma de organizarse localmente de los morados.

Hoy se escucharán las propuestas de errejonistas, pablistas y anticapitalistas, a una semana de la II Asamblea Estatal del partido en Vistalegre. El viernes siguiente, 17 de febrero, De Sans se enfrenta a su propia reválida para dar cuenta de los casi dos años de gobierno con el PSOE. La líder de Podemos, que entonces rechazaba el acuerdo, hoy se alinea con los pragmáticos y hace un balance «positivo» por el «alto grado de cumplimiento» de los compromisos con sus socios. «Es verdad que quedan cosas por hacer, pero seguimos luchando», decía ayer. La militancia encargó entenderse con el PSOE y también podría revocar ahora ese acuerdo, pero es poco probable. «Si todo el mundo, de forma mayoritaria» mostrara en la asamblea su descontento por la marcha del Consell, De Sans «plantearía una consulta» a los 440 inscritos en la isla.

Otras voces restan representatividad a la asistencia que pueda registrar la asamblea, igual que critican la desconexión de la cúpula respecto al partido, con cinco de sus nueve miembros en el Consell y otros dos en el Parlament: «Están solos», aseguraba una fuente.

Militantes como Sánchez Tirado señalan que si al principio daba la impresión de que los morados marcaban el ritmo, hoy se les ve diluidos en la alianza con los socialistas. La causa, apunta, es el desgaste de la propia institución: «No se puede estar siempre agresivo con gente que ves a diario». Y por la inexperiencia de los podemistas: «En puestos de gestión aún nos la cuelan porque acabamos de llegar. Desde fuera podríamos aprender», argumenta.

Porque recuerda que fueron las otras formaciones que integraban Guanyem las que forzaron el acuerdo, ya que en Podemos se decantaron por el ‘no.’Y él no ha cambiado de idea, cree que su partido «estaría mejor fuera» del equipo de gobierno, dando apoyos puntuales como ocurre en el Parlament.

Por ello advierte de que desde los círculos exigirán a sus representantes en el Consell que el balance no se limite a la lista de cumplimientos del programa, que Tirado conoce de sobras porque la preparó él; les interesa más el «cómo» . Aunque no quiere anticipar que ello suceda, desde las bases se podría convocar luego la votación telemática para refrendar el trabajo de sus consellers o plantear un «revocatorio del acuerdos con el PSOE».