Aquella noche del 21 de enero, la tormenta arrancó decenas de árboles, dejó a las Pitiusas prácticamente incomunicadas por mar, provocó numerosos cortes de luz e incluso un rayo impactó contra la azotea de un edificio de Sant Antoni. Las previsones se habían cumplido y el temporal que azotaba con fuerza las Pitiusas alcanzaba su mayor virulencia.

A las 21 horas, la boya del Canal de Ibiza, ubicada entre Sant Antoni y Denia, escupía un dato esclarecedor sobre la bravura del temporal: una altura de ola máxima de 10,12 metros. Un dato inusual para esta zona del Mediterráneo Occidental que, desde hace más de una década, es analizada al mínimo detalle y con las últimas tecnologías por el Sistema de Observación y Predicción Costero de las Illes Balears (Socib).

El Socib, un consorcio público dependiente del Ministerio de Economía, Industria y Competividad y del Govern balear, es un organismo ubicado en el centro tecnológico Parc Bit de Palma, que constituye una apuesta por la oceanografía operacional y por la mejora de los sistemas de predicción, gracias a un moderno sistema de ingeniería y tecnológico.

El dato ofrecido por la boya se quedó muy cerca del récord histórico en el Canal de Ibiza, que data del 1 de diciembre de 2013, con 10,3 metros de altura. Y algo más lejos de la mayor ola jamás registrada en el Mediterráneo Occidental, una de 13,6 metros de altura que fue detectada en Maó en 2001.

Aquel fin de semana de enero, las boyas que tiene distribuidas Puertos del Estado por el Mediterráneo Occidental, entre las que se contabilizan aquellas con las que trabaja el Socib en aguas de Balears, registraron históricos picos de altura, tanto en la zona del levante español como en la costa catalana. Aunque casi ningno se acercó a los diez metros registrados en aguas pitiusas.

Una fuente de datos

Según explica este organismo, las boyas no miden las olas una a una, sino que el oleaje se registra durante un cierto periodo de tiempo. «Ello se debe a que el oleaje es un fenómeno irregular, por lo que hay olas de distintas alturas que se suceden una tras otra», señala en su web. Entonces, las medidas obtenidas se procesan para obtener los parámetros de altura, periodo y dirección del oleaje, esenciales en el medio marino, y que conforman lo que se conoce como «estados de mar».

La medición de la altura de las ola es uno más del gran océano de datos con los que trabaja el Socib a través de sus numerosas plataformas.

De hecho, la función primordial de este organismo es ofrecer un sistema de monitorización en tiempo real para extraer datos fiables sobre distintos parámetros oceanográficos (como el oleaje, las corrientes, la temperatura y la salinidad del agua de mar) y parámetros meteorológicos (la presión atmosférica, la velocidad del viento o la temperatura del aire).

Todo ello lo realiza mediante una red de infraestructuras compuesta por estaciones costeras, boyas oceanográficas, estaciones del nivel del mar y meteorológicas.

Así, la investigación y las actividades tecnológicas desarrolladas en el Socib permitien proporcionar servicios a distintos usuarios, como industrias marinas, el sector turístico, gestores, educadores... De esta manera pueden contribuir y apoyar las políticas de gestión del litoral balear.

Este trabajo, como explica Blanca Ugarte, del departamento de divulgación científica del Socib, tiene como objetivo primordial «aportar un flujo constante de datos para su posterior análisis». La idea es contribuir con el llamado open data a las necesidades de la investigación marina y costera, en un contexto de cambio climático y cambio global.La riqueza científica del canal

Y para ello el Mediterráneo Occidental (que comprende entre el estrecho de Gibraltar y el de Sicilia) es un sitio ideal. «Y el Canal de Ibiza, más», añade Ugarte, «porque es donde confluyen la entrada de aguas atlánticas que entran por el estrecho de Gibraltar con las aguas ´viejas´ del Mediterráneo y allí hay muchísima vida». «Los fenómenos y las corrientes de este canal tienen mucha importancia en el estudio de la información marítima y costera porque lo que sucede en esta pequeña zona es perfectamente extrapolable a otros oceános», apunta Ugarte.

Es decir, es una especie de modelo de océano a escala reducida «que es un sistema ideal en el que estudiar los procesos de formación de remolinos y la dinámica de las corrientes», como explican desde este organismo.

Entre las muchas iniciativas científicas y de divulgación que realiza el Socib ha puesto en marcha junto a la Fundació la Caixa el programa ´Medclic: el Mediterráneo a un clic´ con el doble objetivo de impulsar la investigación y acercar las nuevas tecnologías de observación marina y costera a la sociedad.

La web www.medclic.es es una clara muestra de ello. En ella de una manera sencilla y entretenida se explican los sistemas de observación y de gestión de datos que utilizan. Ahí se pueden encontrar todo tipo de gráficos e ilustraciones que explican, por ejemplo, la evolución de la elevación del nivel del mar a tavés de la temperatura y la salinidad que afectan a la densidad del agua de mar y que permite, por ejemplo,observar la formación y evolución de numerosos remolinos en el Mediterráneo Occidental.