Después de lo ocurrido en sa Caixota lo más lógico sería pensar que no se vuelva a construir, ya que es imposible evitar el movimiento de la ladera. Por tanto, como conclusión, todo este sector debería ser considerado como suelo no urbanizable y en el Plan General de Ordenación Urbanística se debería reflejar la elevada susceptibilidad que presenta la zona a los movimientos de ladera.

Además, el control y seguimiento de este tipo de fenómenos naturales, así como la creación de una base de datos que recopile todos los eventos ocurridos, es indispensable para la elaboración de mapas de susceptibilidad que ayuden en la planificación territorial. Este laborioso trabajo de inventariar cada desprendimiento y deslizamiento fue iniciado en Mallorca por dos investigadoras del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y actualmente ya recoge más de 900 eventos registrados. No obstante, debido a la marcha de dichas investigadoras a la Península, la actualización de la base de datos de movimientos de ladera ha quedado paralizada. En Ibiza, esta base de datos no existe y los estudios de peligros naturales ligados a los movimientos de ladera están aún sin abordar en profundidad.

La Associació de Geòlegs de les Illes Balears (AGEIB), considera necesaria la creación de un puesto específico que se encargue de recopilar todos los datos de los desprendimientos y deslizamientos ocurridos en Balears, manteniendo actualizada la base de datos aportada por las dos investigadoras y ampliando el radio de acción al resto de las islas. Es importante que dicho puesto sea creado por una administración insular y ocupado por un técnico competente en la materia que se está tratando (especialista en riesgo geológicos).

De esta manera quedarían catalogadas las áreas que se han visto afectadas por este tipo de fenómenos y podría ser gestionada correctamente la planificación del territorio, evitando así que el fenómeno natural se convierta en un riesgo para nosotros. Sunna Farriol eivissa