El excoordinador del grupo de Podemos-Guanyem en el Consell, Toni Sánchez-Tirado, dejó su cargo en octubre por las discrepancias políticas que mantenía fundamentalmente con la vicepresidenta primera y líder de Podemos en Ibiza, Viviana de Sans. Se marchó en silencio sin lanzar una sola crítica porque, en medio de la negociación de los presupuestos y de la revisión del Plan Territorial Insular (PTI), «no era el momento».

Un mes antes había abandonado el consejo ciudadano insular, el órgano de dirección del partido morado en Ibiza. Recientemente, el diputado Aitor Morrás también ha renunciado a sus funciones orgánicas en el partido (como portavoz y miembro del consejo ciudadano insular) también por diferencias políticas con la dirección, aunque la versión oficial es la de que quiere dedicar más tiempo a su tarea de diputado.

Sánchez-Tirado explica ahora que tiró la toalla en el Consell al comprobar que se estaba haciendo «una política de maquillaje, de marketing». Al advertir a algunos cargos públicos que se estaban desviando de las políticas programadas por su grupo, estos le decían que «había que venderlo mejor». «Comunicación política es una cosa y otra hacer lo que hemos venido a hacer», justifica Sánchez.

El podemista explica que era consciente de que cuando empezó a decir las cosas «a la cara» tal como las pensaba, su posición, al ser un cargo de confianza no electo, era «frágil» y dejaba de «ser útil» para el proyecto. «Para estar aquí y no cambiar las cosas, era mejor marcharme», resaltó. Pero De Sans le pidió que retrasara su salida.

Negociación de los presupuestos

Su marcha se precipitó en el momento en que De Sans decidió que fuera el coordinador de Movilidad, Gianandrea di Terlizzi, quien participara con ella (por ser secretario de política de Podemos) en la negociación de los presupuestos con los socios del PSOE. «¿En base a qué?», cuestiona Sánchez-Tirado, que se había preparado para llevar a cabo este trabajo (fue uno de los artífices de la negociación del pacto de gobierno con el Consell) consultando las cuentas de los cabildos canarios y otros consells.

Sánchez-Tirado se muestra crítico con el papel de Di Terlezzi, quien, en lugar de ocupar un despacho en la planta cuarta (el departamento de Movilidad) lo hace al lado de De Sans, en la quinta. De hecho, apunta que en realidad Di Terlizzi se dedica más a hacer de «coordinador y de secretario político en el Consell» que a su función en Movilidad. «No ha participado en ninguna rueda de prensa con la consellera[Pepa Marí]», recuerda. La falta de sintonía entre Marí y Di Terlizzi es evidente. «Esto nos hace daño», avisa.

Dicho esto, Sánchez-Tirado advierte de que no tiene ninguna intención de «ir a la contra ni hacer oposición del grupo» ni interés en presentar o trabajar en una candidatura para el próximo congreso de Podemos en Ibiza. «Hay mucha gente que puede hacerlo bien. No formaré parte de ningún equipo directivo», señala. Tampoco lo haría en el caso de que Morrás, con el que tiene sintonía, optase a liderar el partido. «Pero hay que hacer esta reflexión y empezar a decir las cosas como son. Y si hay que pedir disculpas por algo, se debe hacer, y no tirar adelante como si nada porque no funciona. Eso se paga en las elecciones», subraya.

Buen trabajo con lagunas

Pese a todo, el excoordinador admite que se está haciendo «un buen trabajo» en el Consell y que en algo más de un año y medio de legislatura se ha cumplido el 40% del programa, lo cual «no está mal». Sin embargo, lamenta que se están «dejando de hacer cosas vitales [como la constitución del consorcio de Movilidad o preparar la constitución de una empresa pública de transporte] para estar bien con el PSOE» y mantener una posiciíon «cómoda».

Asimismo, Sánchez-Tirado se muestra muy crítico con el funcionamiento de la dirección del partido, cuya mayoría (80%, dice) está formada por cargos públicos del Consell. «Se ha producido un aislamiento, una barrera. Están poco implicados con el partido porque están muy absorbidos con el trabajo en las instituciones», dice. Por ello, no sólo defiende «una renovación de arriba a abajo», sino también que cada persona sólo pueda ocupar un cargo, ya sea en una institución o en la formación.