­Los agentes de Medio Ambiente (a menudo conocidos como AMA) de Ibiza y Formentera afirman que con la plantilla actual no pueden cubrir «ni de lejos» las necesidades que generan las Pitiusas, por la presión que sufre su entorno natural a través de múltiples situaciones. Actualmente, y desde hace una quincena de años, Ibiza sólo cuenta con siete efectivos, mientras que Formentera únicamente dispone de dos.

Esta cantidad, según confirmó el jefe de negociado de las Pitiusas, Andrés Galera, no alcanza ni siquiera los mínimos que el propio Govern fijó en su día para Ibiza y Formentera a través del correspondiente catálogo.

Galera recordó que los agentes de Medio Ambiente ejercen funciones de «policía medioambiental» sobre el terreno para hacer cumplir la normativa en este campo, que abarca desde obras ilegales hasta la realización de fuego en periodos y lugares no autorizados o talas sin permiso, entre muchas otras actuaciones. Al propio tiempo, deben realizar tareas administrativas.

Actualmente, los efectivos de que dispone la conselleria de Medio Ambiente en Ibiza permiten dedicar sólo un agente por la mañana y otro por la tarde, puesto que los demás han de realizar trabajos de gestión en la oficina, al margen de que otros disfrutan de libranzas. En Formentera la situación aún es peor porque «quedan muchísimas horas descubiertas» sin nadie que pueda atender la isla.

En los meses de verano, por ejemplo, estos funcionarios se declaran «desbordados» por la plaga de las serpientes, puesto que se les presentan hasta tres casos diarios, lo cual se debe sumar a todas las incidencias propias de la temporada estival, como quemas ilegales o todo tipo de actuaciones turísticas que infringen las normativas medioambientales. La recogida de especies protegidas, la autorización de tala de pinos o de aprovechamientos forestales de toda índole forman parte también de sus funciones.Armas para temas de caza

Armas para temas de cazaEspecialmente «crítica» es la gestión relacionada con la caza, puesto que los agentes de medio ambiente van desprovistos de armas de ningún tipo y se da la paradoja de que a menudo se ven obligados a requisar armas a cazadores que las llevan sin la licencia correspondiente. «Siempre me ha parecido un momento de cierta tensión el que se produce cuando le dices a una persona: ´déme su arma´», señala Galera.

Precisamente, una de las cuestiones que ahora «está sobre la mesa» en toda España es la posibilidad de que los AMA vayan armados, una eventualidad que Andrés Galera no ve con malos ojos en el caso de los agentes que se dedican al servicio de Caza, al menos a efectos «disuasorios».

Los agentes consideran que deberían formar parte de la red de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, puesto que «el medio ambiente forma parte de la Seguridad del Estado, no sólo hay la seguridad en las calles», afirmó el jefe de negociado de los agentes pitiusos. Además, también defienden la necesidad de patrullas en parejas, «como hacen la Policía Local, la Nacional o la Guardia Civil». De hecho, piden el reconocimiento oficial de su labor de policía.