Ni la aparente mejora de la economía consigue reducir el índice de estacionalidad laboral de las Pitiusas, que por séptimo año consecutivo se incrementó en Ibiza. En Formentera, un páramo de actividad en invierno, no ha dejado de crecer desde 2010. La estacionalidad laboral expresa en un porcentaje la relación existente entre el número de empleados que hay en el mes de julio (cuando hay más trabajo) y los que han sido dados de alta en la Seguridad Social durante el mes de diciembre (el periodo del año en que la actividad está más relajada).

Y ese índice alcanzó en 2016 el 88,56% en la isla de Ibiza, dos puntos porcentuales más que un año antes. Esa cifra significa que en julio hay casi un 89% más de personas trabajando que en diciembre. La diferencia es abismal: en plena canícula, 77.804 individuos cotizaban a la Seguridad Social, mientras que en el último mes del año había solo 41.261.

Aún más en Formentera. Esa acentuada estacionalidad laboral es consecuencia de la dependencia que la economía ibicenca tiene del turismo. De ahí que cuente con uno de los índices más elevados de España. Pero aún es mayor en Formentera, donde en 2016 alcanzó el 176,2%, casi cinco puntos porcentuales más que un año antes. No hay que olvidar que en esa isla hubo 6.381 trabajadores en julio, mientras que en diciembre no pasaron de los 2.310. A su lado, lo que sucede en el resto de Balears hasta parece normal, que no lo es. En Mallorca, por ejemplo, el índice fue del 27,6%, que son 0,6 puntos porcentuales más en términos interanuales. En esa isla pasaron de los 371.000 trabajadores que había en julio a los 291.000 afiliados cinco meses más tarde, 80.000 menos. En Menorca es algo más elevado, el 45,87% (0,9 puntos porcentuales más que un año antes). Es decir, en julio, con 34.866 empleados, trabajaron casi un 46% más de menorquines que en diciembre (23.901). La media balear es del 26,65%

De la súper actividad a la súper relajación. Las Pitiusas viven volcadas en la estación estival. Y cada año que pasa, más. El verano es como un agujero negro que absorbe y concentra todo el trabajo. En julio de 2008, a dos meses de que estallara la crisis económica, trabajaban en Ibiza 59.000 personas. Desde entonces, y gracias a la recuperación económica, se han creado más de 13.000 empleos en plena temporada, la mayor parte durante los últimos tres años. Sin embargo, ese incremento de puestos de trabajo no ha tenido un correlato similar durante el invierno. Ahora hay más cotizantes que hace ocho años en diciembre, pero ese aumento no ha sido tan exagerado como en la época estival. Así, mientras que en diciembre de 2008 había 35.792 puestos de trabajo, en el mismo mes de 2016 había 41.261, unos 5.500 más. Más, pero muy lejos de esos 13.000 más que ya hay en verano.

Del 58% al 89%. En 2007, cuando en la isla de Ibiza había más grúas que palmeras, el índice de estacionalidad laboral era del 57,6%. En solo nueve años ha crecido casi 31 puntos porcentuales. En Formentera, igual: en 2007 era ya alto, del 131%, pero en los años transcurridos ha sumado 45 puntos porcentuales. Es decir, lejos de estabilizarse, va a más y no tiene visos de menguar. El agujero negro laboral del verano sigue engordando.

Sant Josep a la cabeza. Hasta el año 2015, Sant Joan estaba al frente de los municipios ibicencos en el ranking de estacionalidad laboral, pero ya lo ha estabilizado en el 127,3%. Sant Josep le le arrebató (suena heroico, pero, la verdad, no tiene mérito) el pasado año esa posición al situarse en el 131,4%. El municipio josepí lleva un carrerón: en 2015 ya adelantó a Sant Antoni en la segunda posición. De seguir así alcanzará a Formentera. En Sant Josep trabajaron 5.916 personas en diciembre, cuando en julio fueron empleadas casi 13.700. En 2007, su índice era del 89%. Basta con pasear por sus calles para comprobar su atonía económica durante este periodo del año, que tanto contrasta con la saturación que vive en verano. En Sant Antoni, donde en 2015 se redujo ese índice en ocho puntos porcentuales, vuelve a subir seis puntos: ahora es del 122,7%, cuando en 2007 era del 79%. En Vila ha aumentado siete puntos porcentuales, al pasar del 74% del año 2015 al 81% de 2016. Hace solo nueve ejercicios era del 44%.

Santa Eulària como ejemplo. Sin embargo, Santa Eulària ha seguido un camino muy distinto. Su índice de estacionalidad laboral es el más bajo de las Pitiusas, un 64%, y es el único municipio donde ha descendido respecto a 2015, cuando era dos puntos porcentuales superior, y a 2014, cuando era cuatro puntos mayor. Lo curioso de su caso es que ese porcentaje era del 50,4% en 2007, seis puntos superior al del municipio de Ibiza. Pero mientras el de Vila ha crecido 37 puntos porcentuales desde entonces, el de Santa Eulària ha aumentado 14 puntos.