La portavoz del Govern, Pilar Costa, arremetió ayer duramente contra el PP balear por su apoyo a Xelo Huertas en su estrategia para continuar como presidenta del Parlament tras su expulsión de Podemos. Costa acusó al PP de «secuestrar y poner en jaque a la principal institución de Balears» dando apoyo a «una tránsfuga». Para la portavoz del Ejecutivo, los populares incumplen el pacto nacional antitransfuguismo suscrito por su partido, por el cual «sus firmantes» se comprometían, según recordó, a «no ampararse nunca en diputados o cargos públicos expulsados de su partido».

«Como Govern, no podemos ni queremos ocultar nuestra preocupación», admitió Costa, quien llamó al PP balear a la responsabilidad. «El PP ha decidido ser parte del problema en vez de ser parte de la solución», sostuvo la portavoz del Ejecutivo recordando que el reglamento de la Cámara es claro al establecer que cuando un diputado deje de formar parte de su grupo, cesará como miembro de la Mesa del Parlament. «No podemos dejar de ejecutar una ley porque no nos guste», añadió Costa, quien consideró que se trata de la «crisis institucional» más importante que ha sufrido «el parlamentarismo» balear en su historia.

«No se puede utilizar el Parlament por intereses partidistas y personales, creyendo que así se desestabiliza al Govern», dijo Costa, para quien la estrategia del PP de formar «una pinza con una diputada tránsfuga» es «una irresponsabilidad» que afecta a la «credibilidad de la política».

Costa, quien efectuó estas declaraciones tras la reunión del Consell de Govern, recordó que el reglamento de la Cámara fue aprobado con los votos del PP y que los populares tienen la posibilidad de promover un cambio o recurrir a los tribunales si consideran injusto alguno de sus artículos, pero no pueden impedir la aplicación de una norma que tiene rango de ley. «Poner en duda que el Parlament tenga capacidad para cambiar quién tiene que presidirlo supone cuestionarlo todo», lo que implica «cruzar todas las líneas rojas»

Costa lanzó estas acusaciones después de que el martes los populares abandonaran, con Huertas, la Mesa del Parlament que debía decidir sobre la destitución de la presidenta, que logró así mantenerse en el cargo gracias a su alianza con el PP ya que la Mesa quedó sólo con dos representantes, el socialista y vicepresidente primero de la Cámara, Vicenç Thomàs, y Joana Aina Campomar (Més).