La afluencia turística aumentará este año un 30% -según los pronósticos de la feria Fitur-, lo que se traducirá en un nuevo aumento de la cantidad de yates de todo tipo que frecuentarán las costas ibicencas. Pese a ello, ni el Consell de Ibiza, ni el Govern balear, ni los ayuntamientos, ni ningún organismo estatal ha preparado actuaciones significativas para proteger las praderas de posidonia que rodean Ibiza y que están siendo diezmadas por la masificación de yates, especialmente en el sur de la isla. De hecho, ni siquiera la conselleria de Medio Ambiente ha sacado aún a concurso el habitual contrato para el servicio de vigilancia en las playas del Parque Natural de Formentera. Además, dos instituciones -Consell y Govern- preparan planes sobre el mismo asunto sin demasiada coordinación entre sí, por lo que hoy el conseller insular Miguel Vericad pedirá al Ejecutivo balear que tengan en cuenta la opinión del Consell.

Mientras brillan por su ausencia actuaciones efectivas y de alcance general para poner a salvo las praderas de posidonia -la campaña presentada ayer por Formentera es más de sensibilización que de control-, proliferan estudios e informes sobre cómo proteger esta planta submarina. De este modo, el Consell ibicenco ha adjudicado un estudio sobre fondeos y capacidad de carga del litoral de la isla que, con un importe de 90.000 euros, tiene como objetivo definir cuántos barcos pueden fondear en cada punto del litoral y en qué sitios. Sin embargo, y según confirmó ayer el conseller Miguel Vericad, la redacción de dicho estudio no finalizará hasta «dentro de un año y medio», es decir, a mediados de 2018. Será a partir de entonces cuando se estudien qué medidas concretas se toman, a la luz de las conclusiones de dicho estudio.

Por su parte, la conselleria de Medio Ambiente del Govern también elabora su propio documento, al margen del Consell, que consistirá en un decreto para proteger la posidonia en las islas. Como ya ha admitido también el conseller autonómico, Vicenç Vidal, ese decreto no estará tampoco operativo en 2017 y, tal vez, pueda estarlo en 2018.

La descoordinación entre el Consell y el Govern parece ser absoluta en esta materia tan sensible. Hasta tal punto no hay comunicación entre ambas instituciones, que Miguel Vericad no ha recibido aún ningún borrador de ese decreto, pese a que le consta que ya existe. Por ello, en la reunión que hoy mantendrá con el director general de Espacios Naturales del Govern, Miquel Mir, le expresará su extrañeza por carecer aún de cualquier borrador sobre ese decreto. «Sabemos que se trabaja en varios borradores, a los que, como Consell, no hemos tenido acceso. Creo que deberíamos tener conocimiento previo de ellos y así se lo voy a manifestar», anunció ayer Vericad. De hecho, no es la única muestra de la incomunicación -por otra parte tradicional a lo largo de las sucesivas legislaturas- entre el Govern y el Consell: «Me enteré de que ampliaban las Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) de Ibiza cuando lo leí en la prensa», manifestó decepcionado Vericad.

Otro motivo de preocupación se añade para la posidonia ibicenca. El plan de regulación global de los fondeos para Formentera que prepara el Consell de dicha isla «podría hacer que la presión náutica que sufre ahora Formentera se traslade a aguas de Ibiza», señaló Vericad, quien ya ha comunicado a su homóloga en el Consell de Formentera la necesidad de que se actúe teniendo en cuenta que las aguas de uno y otro lado de es Freus «son un mismo ámbito natural». «También esperamos que el Govern comprenda ese hecho», recalcó.