La mitad de las personas de más de 45 años sufren alguna enfermedad crónica. A partir de los 75 años, sólo uno de cada diez no las padece. Así lo asegura Angélica Miguélez, subdirectora de Atención a la Cronicidad, Coordinación sociosanitaria, Salud mental y Enfermedades poco frecuentes de la conselleria balear de Salud. «La cronicidad es la norma, no la excepción», afirma Miguélez, que añade que el 40% de los que han superado los 55 años sufren «pluripatologías» que incluyen, en ocasiones, enfermedades complejas.

Miguélez, que participó recientemente en las jornadas de cronicidad en el hospital Can Misses, señala que lo primero que se ha hecho para poner en marcha la estrategia de atención a la cronicidad ha sido «estratificar» a los enfermos crónicos en función de su gravedad para clasificarlos. En las Pitiusas, el Área de Salud de Eivissa y Formentera ha cifrado en 4.037 los enfermos crónicos, que es a los que afectará la nueva estrategia. Estos se clasificarán por colores, en función de su complejidad, que tratará el personal sanitario cuando acceda a sus historias clínicas.

De hecho, Miguélez indica que el 5% de la población sufre patologías «muy complejas» y que, además, la población estará cada vez «más envejecida», con menos autonomía y más demencias, lo que, a su parecer, hace necesario poner en marcha esta estrategia.

Y no sólo para los mayores. Miguélez recuerda que un 3% de los menores de 16 años «también sufren enfermedades crónicas complejas». «Ahora hay muchos más que hace unos años», apunta la experta, que señala que esto se debe, principalmente, a que ha mejorado la supervivencia de los grandes prematuros, aquellos que nacen con menos de 300 gramos. La subdirectora explica que la mayoría de estos pequeños antes fallecían. Ahora sobreviven, aunque con complicaciones.

Miguélez destaca que todos ellos necesitan recursos que en estos momentos no se les facilitan: «La atención al paciente no ha evolucionado al mismo nivel que la tecnología». E insiste en la necesidad de «coordinar» recursos, servicios y profesionales para garantizar una atención adecuada. Es decir que deben implicarse no sólo los profesionales sanitarios sino también los servicios sociales y, en el caso de los niños, el sector educativo. Éste es precisamente uno de los objetivos de la estrategia, además de «no volver locos» a los afectados y sus familias.

Cuidadores de 80 años

Cuidadores de 80 añosNo puede ser, por ejemplo, que un enfermo crónico tenga seis citas médicas seis días diferentes en el plazo de dos semanas. O que se den situaciones en las que un enfermo de 80 años tenga como cuidador principal a su cónyuge de una edad similar y que no cuenten con atención domiciliaria. O que no tengan la atención de un fisioterapeuta que garantice que el enfermo crónico no pierda su autonomía. Gestionar todo esto será la función de la enfermera gestora. Salud ha anunciado que habrá siete en las Pitiusas cuando la estrategia esté a pleno rendimiento: cinco en los centros de salud, una en el hospital y una más dedicada a atención sociosanitaria.

Una de las prioridades de la estrategia es evitar «ingresos inútiles» de estos enfermos no sólo porque empeoran su calidad de vida sino sobre todo porque muchos de ellos, en especial los más mayores, con cada ingreso pierden autonomía, «sobre un 50%», detalla. La intención de la conselleria de Salud es que estos usuarios permanezcan en su domicilio y en su entorno el máximo tiempo posible y únicamente estén hospitalizados cuando sea imprescindible. De hecho, gestionar los recursos más apropiados para el enfermo y su familia será una de las funciones de esta nueva figura de enfermería.

Retrasar la entrada de los enfermos crónicos en residencias es uno de los objetivos de la estrategia, para lo que tendrán un papel importante la unidad de Geriatría del Área de Salud de Ibiza y Formentera y la coordinación con la residencia asistida de Cas Serres, además de asistentes sociales.