Empieza 2017. Llegan los propósitos de enmienda y, tras el atracón alimenticio que suele venir aparejado a las fiestas navideñas, bajar unos kilos es un clásico en la lista de objetivos para el nuevo año. Desde la Universitat alertan: ojo con las dietas. No todo vale. Hay riesgos. Quizás uno cumpla su objetivo inicial de bajar de peso, pero según qué planes nutricionales pueden ser peligrosos para la salud.

«La dieta de los famosos». «Mi vecina perdió cinco kilos en un mes». «Puedes comer casi de todo». «Cómo perder dos kilos en una semana».... este tipo de titulares y frases atraen a las personas deseosas de adelgazar como el turrón tras la cena de Nochebuena, pero las dietas de moda y las recomendaciones sin fundamento científico suelen estar ligadas a efectos adversos a medio y largo plazo. Por ejemplo: las dietas basadas en el consumo de proteínas y la reducción de carbohidratos (las hiperproteicas, que hace unos años tuvieron en España su gran momento de fama) y las que suponen un aumento del consumo de grasas (las hiperlipídicas)

Rubén Díaz Rúa ha demostrado en su tesis doctoral que la ingesta crónica de estos dos tipos de dietas desequilibradas ponen la salud en riesgo: de manera destacable, prueba que seguir estos patrones produce alteraciones metabólicas que favorecen la deposición de grasa en el hígado (esteatosis hepática), lo que supone un factor para desarrollar el llamado síndrome metabólico. Esta dolencia suele ser el precedente al desarrollo de diabetes y de enfermedades hepáticas.

Para llegar a estas conclusiones, el investigador ha alimentado a roedores siguiendo estos dos tipos de dietas («por los problemas éticos de administrar dietas desequilibradas a largo plazo en humanos», razonan desde la Universitat).

Díaz ha realizado su tesis en el marco de la actividad investigadora del Laboratorio de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología, que pertenece al Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), y ha sido dirigida por la doctora Paula Oliver y el doctor Andreu Palou.

Los «falsos delgados»

El trabajo de Díaz incluye una serie de estudios realizados por Oliver y Palou, que explican un curioso concepto: los «falsos delgados». Ser obeso está claro que no es saludable y genera problemas de salud, pero los delgados que no se confíen: pueden ser «falsos delgados».

Hablamos de personas que están en su peso pero que aún así presentan características relacionadas con la obesidad, como deposición de grasa visceral y un «riesgo alto» de padecer diabetes de tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. En lenguaje científico al «falso delgado» se le llama obeso normopeso y se asocia a esas dietas estudiadas por Rubén Díaz en su tesis: las ricas en grasas o hiperlipídicas.

Estas dietas con tanta grasa y exceso de azúcares simples, combinadas (de forma fatal) con un descenso de la actividad física, constituyen «un gran problema de salud pública». Un 20% de la población mundical podría estar en situación de riesgo metabólico, pero no todos los individuos son diagnosticados y tratados porque no parece que vayan a padecer de este problema: ¿por qué iban a tenerlo, si están delgados?

No solo es que su apariencia no denote que sufren este síndrome ligado al exceso de peso, es que incluso haciéndoles análisis de sangre podría pasar desaparecibido ya que no les suben los indicadores más temidos por los amantes del buen comer: los triglicéridos y el colesterol.

Así hay que encontrar algún nuevo indicador -un biomarcador- que permita identificar de manera temprana el riesgo de convertirse en «falso delgado», para así poder empezar las actuaciones de prevención cuanto antes.

El grupo de Nutrigenómica y Obesidad, que lidera Andreu Palou junto a Paula Oliver, hace años que estudia las características del «falso delgado» y busca biomarcadores que lo puedan delatar.

Una proteína y un gen

Su investigación ha demostrado que en el hígado de un «falso delgado» se deposita grasa de forma anómala, sin ser obeso y sin que en los análisis se aprecie nada peligroso: ¿cómo saber que hay riesgo de enfermedad metabólica? El grupo de Palou ha visto que en los animales con fenotipo de «falso delgado», las dietas ricas en grasa incrementan la expresión de una proteína (la KRT23) en el hígado. Ahí hay un posible indicador.

Los genes también pueden dar pistas. Los investigadores han probado que el análisis de la expresión de un gen en una fracción de células de la sangre (de fácil obtención) sirve para monitorizar las desviaciones de salud.

El grupo ha publicado estas conclusiones en un artículo reciente, en el que proponen analizar la expresión del gen CPT1a, para hacer diagnósticos preventivos: su aumento en las células sanguíneas predice posibles alteraciones futuras como la resistencia a la insulina o la deposición de grasa en el hígado. La conclusión es que sea usted delgado (ya sea ´falso´ o ´real´) o no, es mejor que se asesore bien sobre la dieta que sigue. Los riesgos para la salud están más que probados.