­Los operarios de la calle Barcelona, en Ibiza, temen que les lancen más objetos desde las ventanas y balcones después de que dos de sus compañeros hayan recibido sendas pedradas. Aunque los trabajadores creen que los ataques se deben al ruido de las máquinas, el Ayuntamiento de Ibiza informó ayer de que no han recibido ninguna queja por las obras del puerto. Por ello, ni los empleados ni el Consistorio comprenden las agresiones de estos últimos días.

«Nos tiran piedras desde todos los lados. Tenemos miedo de que nos hagan daño como a los dos compañeros agredidos», se quejó ayer por la mañana Yuness, el portavoz de los operarios municipales, que agregó que ningún vecino se ha dirigido a ellos para expresarles su malestar por el ruido de las obras. «Quizá aquí hay gente que trabaja de noche y que quiere dormir por el día, pero nosotros sólo cumplimos con nuestro trabajo, no estamos de fiesta», justificó Yuness.

Un portavoz del Ayuntamiento añadió que han contactado con los vecinos de la zona para preguntarles por lo ocurrido, pero aún no han averiguado quiénes son los autores de las pedradas. Además, insistió en que nadie les ha trasladado ninguna queja por los ruidos de las máquinas.

Un día después de que la empresa adjudicataria y el Ayuntamiento de Ibiza decidieran suspender la jornada laboral del pasado martes, los operarios municipales regresaron ayer a la calle Barcelona para seguir con las obras. Aún conservaban las dos botellas de cerveza, una de un litro y otra de 22 cl, que les lanzaron hace días y los dos trozos de mármol que impactaron contra los dos trabajadores heridos.

Lluvia de objetos

Al empleado, de nacionalidad portuguesa y de 50 años, agredido el pasado martes en la calle Barcelona se le practicó un punto de sutura en el hospital Can Misses y ayer ya se reincorporó a su puesto de trabajo.

Yuness también contó que los vecinos de la zona les han tirado piedras, trozos de mármol, botellas de cristal e incluso una bolsa llena de agua y que la lluvia de objetos suele coincidir con fines de semana y festivos.

A pesar de los múltiples lanzamientos, no han podido identificar a nadie. «Las personas que nos atacan se esconden en sus casas, aunque imagino que no todas las que viven en esta calle nos quieren hacer daño», señaló este trabajador, que remarcó que es su «obligación» cumplir con su trabajo y su horario.

Otro trabajador de esta zona, Miguel, mostró la herida que le causó el impacto de un objeto en la pierna derecha. «Nos lanzan cosas mientras trabajamos. No entendemos por qué lo hacen», criticó. Su compañero Othma ha tenido más suerte que Miguel, ya que él no ha recibido ningún impacto. «El martes nos tiraron piedras seis veces, pero no consiguieron darnos», relató, aliviado, Othman.