Xelo Huertas cuenta los escasos días que le quedan como segunda autoridad de Balears. Su estrategia de ganar tiempo no le ha servido dentro de Podemos, y tampoco le será de utilidad en el Parlament. Aunque la todavía presidenta recurrirá su expulsión del partido ante la cúpula en Madrid, solo cabe ratificar la medida disciplinaria ya adoptada. Lo contrario se volvería en contra del aparato en Balears y Pablo Iglesias se ganaría un nuevo contratiempo. La propia Huertas es consciente del punto sin retorno en el que se encuentra, y ya negocia su pase al grupo mixto, ahora con mayoría de Ciudadanos.

La resolución definitiva se conocerá probablemente antes de Nochebuena, para que el cese pueda materializarse antes de fin de año. A la espera de si Huertas dimite voluntariamente o se la echa, el Parlament balear tiene perfectamente ultimado el mecanismo para su destitución, insólito en la historia democrática de las islas. Será efectivo enseguida que Podemos comunique formalmente la expulsión de Huertas como diputada de su grupo.

El vicepresidente de la Cámara, el socialista Vicenç Thomàs, asumirá la presidencia en funciones hasta que el Pacto consensúe al sustituto. Pese a la crisis institucional que ha generado el capítulo de Huertas, Podemos no va a renunciar al cargo. La cuota está negociada en los Acuerdos para el Cambio.Reglamento

En la última reforma del reglamento de la Cámara autonómica se introdujo un apartado en el artículo 39: "Los miembros de la Mesa cesarán como tales por una de las causas siguientes: (...) C) Dejar de pertenecer a su grupo parlamentario". Este último apartado se incorporó para evitar que se repitiera una situación como la protagonizada por Maria Antònia Munar, que presidía la institución a la vez que estaba imputada por casos de corrupción. Hasta ese momento, no había ninguna posibilidad de remover al presidente del Parlament balear una vez elegido, hasta agotarse la legislatura de su mandato. Con el artículo 39.c, que se aplicará por vez primera, Xelo Huertas será automáticamente cesada y el pleno deberá elegir otro presidente.

El procedimiento para destituir a la alto cargo de Podemos es el siguiente: la portavoz parlamentaria, Laura Camargo, deberá registrar un escrito al Parlament comunicando la expulsión de Huertas del grupo.Sin margen de maniobra

El documento deberá figurar en el orden del día de la próxima Mesa del Parlament, su órgano de gobierno. Lo componen cinco miembros, dos por el PP y tres por el Pacto, entre los que se encuentra Huertas. No obstante, el punto no debe someterse a votación, con lo que la aún presidenta carece de margen de maniobra. La Mesa debe limitarse a dar cuenta del escrito, ya que el cese es automático. Los servicios jurídicos del Parlament no tienen dudas sobre la única interpretación posible del citado artículo.

No obstante, cabe la posibilidad de que Huertas lleve su cese forzoso a los tribunales -así lo ha venido anunciando- y solicite algún informe a los letrados para intentar una hipotética suspensión cautelar, llegando incluso al Constitucional. De producirse este extremo, las opciones de la hoy presidenta para evitar su destitución son prácticamente nulas. Otros parlamentos autonómicos -el valenciano, por ejemplo- recogen en su normativa de funcionamiento la opción de cesar a sus respectivos presidentes por razones similares si no idénticas al balear. La norma es clara en este sentido, aunque pueda generar dudas sobre la neutralidad exigida para esta figura representativa.

Ayer mismo, en los actos de la Constitución, Xelo Huertas habló con Xavier Pericay de su paso al grupo mixto. El portavoz de Ciudadanos contempla con preocupación los cambios que implicará la llegada de Huertas y la diputada Montse Seijas, cuyo destino en Podemos va unido.