Un total de 115 víctimas de violencia de género reciben protección policial en Ibiza y debido a a esta medida ninguna de ellas tiene un riesgo extremo o alto de maltrato, según informó Carlos Muñoz, coordinador del Área de Protección de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional. De enero a noviembre de 2016, 109 mujeres comenzaron a recibir protección policial, ocho más que en 2015, mientras que las seis restantes la obtuvieron en años anteriores. Muñoz insistió en la importancia de que las mujeres que sufren maltrato, físico o psicológico, denuncien a su agresor para crear «una cápsula de seguridad alrededor de la víctima» y evitar asesinatos como el de Ada Graciela Benítez, acuchillada por su expareja Julio Ernesto Martínez el pasado 17 de septiembre en Ibiza.

La mayoría de estas 115 mujeres tienen entre 31 y 40 años y el 49% son de nacionalidad española. En cuanto a la valoración del riesgo de que estas mujeres vuelvan a sufrir una agresión, ya sea física o psicológica, seis tienen un nivel medio; 51, bajo y 58, no apreciado. Durante 2016, el Área de Protección ha atendido a doce casos con riesgo alto o extremo de maltrato.

Alarmantes agresiones a menores

Además, Muñoz explicó que, en lo que va de año, han atendido casos de agresiones a menores «muy preocupantes». Aunque puntualizó que no han sido muchos, los tildó de «alarmantes». «Hemos apreciado conductas machistas en las charlas que ofrecemos en los centros de enseñanza, no tanto por el riesgo que implica, sino porque es un símbolo del retorno a patrones machistas», advirtió el coordinador del Área de Protección de la UFAM, que recalcó el apoyo del comisario de la Policía Nacional, José Luis Garau, y del inspector jefe de la Brigada Local de Policía Judicial, Manuel Hernández, en la lucha contra esta lacra.

Para combatir la violencia machista, las mujeres maltratadas deben denunciar a su agresor, ya sea en la comisaría de la Policía Nacional, en alguno de los cuarteles de la Guardia Civil o en la Policía Local de su municipio o, si aún no se atreven a dar este paso, acudir a la Oficina de la Dona para explicar su situación. «Si no hay indicios de violencia de género, no podemos intervenir», recordó Muñoz. Asimismo, agregó que cualquier persona que sea testigo de un caso de malos tratos puede denunciarlo.

Sin embargo, el agente especializado en violencia de género remarcó que no se debe presionar a la víctima, ya que salir del «ciclo de violencia» en el que se encuentra inmersa es muy complicado. «En primer lugar, la víctima tiene que ser consciente del problema. Después, si no quiere denunciar, es recomendable que recurra a asociaciones o a los servicios de apoyo que brindan las instituciones.

En esta línea, el coordinador del Área de Protección de la UFAM apuntó que existe una amplia red para garantizar la seguridad de las víctimas de malos tratos que interponen una denuncia.

Un policía alerta 24 horas

De hecho, cuando una mujer denuncia a su agresor, automáticamente se le asigna a un policía nacional especializado mientras se resuelve su caso en los Juzgados. Hasta que se dicta sentencia, la denunciante tiene a su disposición a un policía durante las 24 horas del día, como si ya dispusiera de una orden de protección. Por esta razón, Muñoz subrayó la coordinación y la comunicación fluida entre la Policía Nacional y el Juzgado de Violencia Contra la Mujer, así como con el resto de cuerpos de seguridad. Para determinar el nivel de riesgo de maltrato que tiene una víctima de violencia de género (que puede ser extremo, alto, medio, bajo o no apreciado), cuentan con dos formularios que complementan el Sistema Integral de Seguimiento de los Casos de Violencia de Género.

Asimismo, destacó «la mejoría» de estos tests, ya que son más completos y las cuestiones están mejor planteadas. Aun así, insistió en que «la empatía y el tacto» de los profesionales es lo más importante en este momento tan crítico para las víctimas. «Lo ideal es establecer una conversación con la mujer y plantear las preguntas de una forma sutil», aconsejó. En Ibiza, a todas las víctimas se les proporciona un teléfono móvil, independientemente del grado de riesgo, y el contacto de un policía «referente» al que pueden recurrir las 24 horas.

También cuentan con recursos como Atenpro, un servicio telefónico de Atención y Protección para víctimas de violencia de género, y de la base de datos Iris del 112, que activa todos los dispositivos y medios de intervención en caso de agresión.