El Ayuntamiento de Santa Eulària tiene muy avanzados los contactos con dos empresas del sector del turismo de convenciones y congresos (MICE) para implicarles en la construcción y gestión de la segunda fase del Palacio de Congresos, pendiente desde hace más de una década.

La concejala de Turismo, Carmen Ferrer, explicó ayer desde Londres que ya trabajan en la redacción del proyecto para completar esta instalación, aunque todavía no tienen claro el nivel de implicación de estas empresas tanto en la construcción como en la gestión de la instalación.

Los detalles del nuevo proyecto se han consensuado con profesionales de este segmento turístico, principalmente empresas que se integran en el Ibiza Convention Bureau, para perfilar las características que debe reunir el nuevo complejo, más alejado del componente cultural que tenía cuando se diseñó.

La segunda fase, apuntan desde el Consistorio, «mantiene el concepto de gran espacio diáfano que puede ser adaptado para acoger actos en un espacio único o también una compartimentación que acepta hasta seis espacios diferenciados». Entre los cambios más destacados del nuevo diseño en el que ya se trabaja, Santa Eulària destaca «algunas modificaciones del perfil y los espacios de servicio del edificio y la eliminación de una de las dos plantas previstas inicialmente bajo tierra».

Como ya publicó Diario de Ibiza en 2012 y ha venido reiterando el propio Ayuntamiento en los últimos años, la idea del equipo de gobierno que dirige el popular Vicent Marí es incorporar a la iniciativa privada para financiar esta obra, que ocuparía el aparcamiento del Palacio de Congresos.

El Consistorio es consciente desde hace años de que este proyecto no se llevará a cabo sólo con fondos públicos, sobre todo porque el diseño original preveía una inversión cercana los 30 millones de euros.

El compromiso del Consell

El año pasado, el alcalde ya apuntó la necesidad de «redimensionar» la segunda fase prevista (la primera costó diez millones) y a finales del pasado mes de septiembre el presidente del Consell, Vicent Torres, se comprometió a ayudar a pagar su coste.

Torres reconoció entonces no sólo la importancia de este mercado turístico sino que la institución tiene «todas las competencias» en materia de turismo. Por ello, consideró «objetivo estratégico» esta obra.

Carmen Ferrer destacó ayer el hecho de que la ejecución de la segunda fase «no está paralizada, como en los últimos años». «El proyecto estaba aparcado y ahora se ha replanteado con una posible cooperación pública y privada. Se ve la luz al final del túnel», declaró en conversación telefónica.

Las dos empresas implicadas en las negociaciones para desbloquear esta obra son de la isla. Desde el Ayuntamiento consideran que la gestión de esta segunda fase debería recaer en manos privadas en su mayor parte, aunque garantizando las actividades privadas, tanto las ya programadas, como la ópera, como las eventuales que puedan surgir.

A finales de mes está prevista una reunión con el sector del turismo MICE «para dar a conocer los avances» relacionados con este proyecto y para «establecer posibles líneas de colaboración institucional para la construcción de la segunda fase», adelantó ayer el Consistorio en una nota, en la que también matizan que la «fórmula» de colaboración privada y pública para ejecutar la obra, «queda a expensas de los posibles acuerdos y apoyos conseguidos».