Operarios de la brigada municipal de obras construyeron ayer una isleta elíptica provisional de tráfico en la intersección de la avenida de Bartomeu de Roselló con la de Santa Eulària, que recibe el tráfico de salida del barrio de la Marina y, mientras duren las obras en Vara de Rey, también el que procede de la calle Bartomeu Vicente Ramon.

Los trabajos empezaron a primera hora de la mañana y se terminaron la misma jornada, según informó el concejal de Movilidad, Juan José Hinojo. Básicamente la obra ha consistido en dotar de bordillos y hormigonar la isleta que hasta ahora estaba sólo pintada en la intersección del Puerto.

De esta forma, se pretende ordenar y dar salida al tráfico desde la calle Vicente Ramon, para dar fluidez a la incorporación hacia Bartomeu de Roselló y la avenida de Santa Eulària. Es una de las intervenciones previstas en esta parte de la ciudad con motivo de la reordenación del tráfico con motivo de las obras en Vara de Rey, informó una portavoz de Vila, la primera fase del cambio de circulación.

De todos modos, Hinojo recordó que la inversión del sentido de circulación en la calle Vicente Ramon se revertirá después de estas obras, motivo por el cual se suprimirá de nuevo esta isleta elíptica cuando se acometan los cambios circulatorios en las principales avenidas de Vila, previstos para el próximo otoño.

El concejal explicó que se han acometido otros cambios en las calles del Eixample aconsejados por la Policía Local, después de que se dejara el primer tramo de la avenida de Ignasi Wallis como de sentido único hacia Sant Antoni. Tal como advertía el estudio de movilidad encargado por el Ayuntamiento, ello ha supuesto «recargar (sic) la red vecinal».

Se trata de pequeñas alteraciones, como en la calle Bisbe Huix, por la que ahora circula el tráfico que accede desde el norte a Vila y quiere llegar a la avenida de España. Por ejemplo, ahora es Bisbe Huix la que tiene prioridad sobre la calle Aragó, cuando antes era al revés. También se ha reconfigurado el semáforo en la intersección con la avenida, porque ahora «es una entrada importante de coches». Por ello, también se ha borrado un paso de peatones -hay otro «cinco metros más adelante»- para evitar atascos en esta incorporación.

Hinojo cree que «parte de esta congestión se evitará con la segunda fase» del cambio de modelo de movilidad. El resto depende «de modificar el chip» de los ciudadanos, que se han de adaptar a la situación y varias sus itinerarios habituales.

El concejal admite que la primera semana tras el cambio en Ignasi Wallis se vivió «mucho lío» en la ciudad, aunque a día de hoy esa saturación es menor. Solo se agrava, asegura el edil, a la hora de entrada y salida de los colegios, cuando «casi se supera la capacidad de las avenidas», una situación que se plantea abordar a lo largo del mandato para «plantear alternativas al coche» para llevar a los niños al colegio.