Los fenicios más antiguos, para situar mejor el tema, son cananeos, del III y II milenio antes de Cristo. Canaán era la región comprendida entre el Mediterráneo y el río Jordán; Israel, la Franja de Gaza, Cisjordania y zonas de Siria, Líbano y Jordania. Y de aquellos fenicios cananeos, y no sin dificultades, ha llegado hasta nuestros días el mito de Yam y Baal, al que alude la figura de una diosa con un pandero expuesta en una sala del Museo de Puig des Molins y que fue encontrada en el hipogeo 13 de la necrópolis, en 1904, en unas excavaciones de la Sociedad Arqueológica Ebusitana (que había sido fundada un año antes). Está datada en el siglo VI a. C.

Es la pandereta que la diosa parece abrazar o tocar la que aporta la información más valiosa de esta pieza, la que identifica a la deidad como Astarté y la que la hace singular, según destaca el director del museo arqueológico, Benjamí Costa. Cuenta el viejo mito que Yam, el dios del Mar, luchó contra Baal por la supremacía de los dioses y venció. Pero la diosa Astarté, esposa de Baal, vestida con sus mejores galas y armada de una pandereta, consiguió que el dios marino devolviera a Baal, dios de la lluvia y del trueno, su lugar en lo más alto del panteón cananeo. Y a tal capítulo hace referencia esta figura, hecha con un molde de una sola cara y que se muestra con los pies descalzos sobre una peana, lo cual resulta ser un detalle significativo porque en épocas más antiguas tal base era divisa que los artesanos usaban para indicar que la imagen representada era de una deidad.

Hay que tener en cuenta, para valorar en su justa medida el hecho de que aún puedan descifrarse enigmas de figuras como la de esta Astarté con pandero, que prácticamente toda la información fenicia que pudiera haber existido por escrito ha desaparecido. Y, sin embargo, se han podido encontrar referencias al mito en varias fuentes, entre ellas las tablas de Ugarit, imprescindibles para conocer la adoración a Baal, y las Cartas de Amarna, también tablillas de arcilla que muestran correspondencia entre la administración egipcia y Canaán y otros estados y que, más de un siglo después del hallazgo de las primeras de ellas, aún siguen aportando información a los expertos y desvelando algunos de sus misterios.

Existen otros ejemplos de representaciones del mito de Yam y Baal en el Mediterráneo, lo cual se puso de relieve en una exposición que tuvo lugar en Atenas en 2004 y en la que esta pieza fue expuesta junto a otras de la misma temática. Sin embargo, en el Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera sólo existen dos piezas que representan a Astarté con la pandereta; únicamente una de ellas se encuentra expuesta en el museo de Puig des Molins (la segunda aguarda en los fondos del museo la esperada reapertura de la sede de Dalt Vila).

La figura resalta también por el detallado trabajo del peinado de trencitas de la diosa y de los bordes, como puntillas, de su túnica. En la cabeza lleva también un tocado, como una peineta, en la que se han abierto agujeros que revelan que la escultura estaba pensada para colgar en algún lugar en la tumba. Es posible que muchas figuras encontradas en hipogeos y asociadas, por tanto, a rituales funerarios, también hubieran sido antes objeto de un culto relacionado con los vivos, señala Costa, que explica que los púnicos podían tener en sus casas pequeñas capillas para un culto doméstico a sus dioses y figuras protectoras, pero éste es un aspecto del que se conoce muy poco en la isla. En realidad, la arqueología pitiusa tiene aún un extenso campo inexplorado y mucho trabajo por delante.