Las Pitiusas soportaron el año pasado, en plena temporada alta, una presión demográfica máxima puntual de 370.951 personas y, en invierno, una mínima de 140.157, coincidiendo con la población residente. Y en un plazo de sólo 14 años, en 2030, la población residente de Ibiza y Formentera podría alcanzar un total de 195.951 personas, casi un 40% más que ahora y un 140% por encima de la cifra registrada en 1997, lo que muestra el elevado crecimiento demográfico registrado en las islas en tan poco tiempo.

Así lo constata un estudio de proyección demográfica elaborado por el doctor Andreu Sansó, catedrático de Economía de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y decano de la Facultad de Economía y Empresa, en el que se analiza la evolución de la presión humana que soportará Balears en los próximos años. Dicho estudio destaca que el crecimiento demográfico se está «amortizando a lo largo del tiempo», ya que entre los años 2000 y 2015 el crecimiento de la presión humana sobre las Pitiusas fue del 58%, por encima del 40% proyectado de cara a 2030.

La proyección de 2030 apunta que, en pleno verano, en Ibiza y Formentera se puede alcanzar una presión máxima (índice de presión humana, IPH) de 473.413 personas (población residente más flotante), un 27,6% más que en 2015. Entre los años 2000 y 2015 el crecimiento se situó en el 42,2% en Ibiza y Formentera.

El IPH permite contabilizar el número de personas que se encuentran en un momento determinado (un día) en un espacio geográfico concreto (cada isla) a partir de la cuantificación de los flujos de entrada y salida. A su vez, según apunta la UIB a través de un comunicado, el IPH se utiliza como indicador de la actividad económica, ya que permite inferir información sobre la producción de residuos, el consumo de agua y energía o el uso de servicios sanitarios, entre otros. La evolución demográfica se basa en las proyecciones de población publicadas por el Instituto Nacional de Estadística.

Previsión a la baja

El estudio ha sido encargado por la vicepresidencia y la conselleria de Turismo del Govern balear para la planificación estratégica de infraestructuras (transportes, sanidad, residuos..) y de recursos (agua, energía). Aparte de señalar que la proyección es «la tendencia natural» de crecimiento demográfico de las islas (es «un ejercicio de extrapolación, orientativo») «si no se produce ninguna perturbación», el estudio también advierte de que «las presiones de carga demográfica pueden ser mayores a las apuntadas ya que [el trabajo de la UIB] no incluye las llegadas de turistas de cruceros ni los que lo hacen a bordo de yates privados».

«Ambas fuentes introducen una presión extra, especialmente en las ciudades de acogida de cruceristas [como el caso de Vila] y en la costa», indica el catedrático.

En comparación con el resto de las islas del archipiélago, las Pitiusas presentan «los valores máximos más extremos» en cuanto a la densidad (población por kilómetro cuadrado de superficie), si bien los mínimos son «muy similares» a los del conjunto de Balears. Así si en 2015, Ibiza y Formentera acogían un máximo, en la punta de temporada, de 566,9 personas por kilómetro cuadrado (403,3 en Balears, 392 en Mallorca y 311, 9 en Menorca), dentro de 14 años se prevé que la cifra se eleve a 723,5 (499,1 en Balears, 487,7 en Mallorca y 365,1 en Menorca).

Diez personas por metro de playa

En cambio, la presión que soportan Ibiza y Formentera en comparación con la longitud de costa y playa de las dos islas se sitúa por debajo de la media de Balears y Mallorca. En el día punta de la temporada turística del año pasado se registró un máximo de casi ocho personas por cada metro de playa en las Pitiusas (mucho más en Ibiza que Formentera), mientras que en un plazo de 14 años, habrá algo más de 10. La densidad máxima en Balears en 2030 será de 15,5 personas por metro y en Mallorca, de 25,6 (el año pasado era de 20,6).