El GEN mostró su deseo de que el decreto para la protección de la posidonia que prepara la conselleria de Medio Ambiente «sea coherente, responsable y valiente, con contenido real» para hacer efectiva la protección de las praderas, que resultan esquilmadas en verano por barcos de gran eslora.

Mariano Marí alabó las iniciativas que está llevando a cabo el Consell de Formentera. «Pensamos que son medidas que llegan tarde, cuando la presión ya es monumental, pero al menos están autoprotegiéndose», indicó.

No obstante, el GEN teme que si no se adopta una solución global para las Pitiusas, las limitaciones que se implanten en Formentera puedan provocar un «efecto deriva hacia Ibiza» de los barcos que no puedan fondear en la pitiusa menor. En algunos casos, los voluntarios han detectado calas en las que casi todas las embarcaciones están fondeadas sobre posidonia, como es el caso de Porroig, un lugar «que ya actúa de hecho como si fuera un puerto», señaló el portavoz del GEN. En otros casos, como en es Jondal, fondean sobre las praderas embarcaciones que tienen hasta 60 metros de eslora.

Los ecologistas explicaron también su preocupación «por el incremento anual del número de concesiones de playa y la falta de control que hay sobre ellas», lo que provoca una «saturación» de las mismas. «Se está privatizando el litoral», alertó Mariano Marí, quien criticó «la dejadez de funciones de las administraciones».