El águila pescadora (Pandion haliaetus) rescatada el pasado lunes en Sant Antoni por agentes de Medio Ambiente falleció la madrugada del martes tras haber sido ingresada en una clínica veterinaria de Eivissa debido a su extrema debilidad.

La rapaz, un macho, solo pesaba 863 gramos, cuando lo habitual en esa especie es que tengan entre 1,5 y dos kilos, según ha detallado el veterinario que atendió al animal, Santiago Yepes: "Estaba en piel y plumas", según ha descrito. Se encontraba "muy débil, embolado, deshidratado", aunque su temperatura era la adecuada. Estaba, además, hipotenso, de manera que no fue fácil encontrarle la vena para aplicarle el suero.

Tras un reconocimiento por parte de los agentes de Medio Ambiente para localizar alguna lesión, el lunes a las 10 horas fue trasladado urgentemente al veterinario, que le aplicó suero, antibióticos y antiinflamatorios. Si bien por la tarde parecía que se recuperaba, finalmente falleció de madrugada, pocas horas después de llegar.

El veterinario considera que el águila pescadora podría padecer alguna infección respiratoria, dado que si bien uno de sus pulmones estaba en perfectas condiciones, el otro se hallaba "infartado".

Para conocer las causas, recogieron pruebas citológicas que han sido enviadas a un laboratorio para determinar el motivo de su muerte y si existía esa infección. Los resultados se conocerán dentro de dos o cuatro semanas.

Según Yepes, es muy difícil que estos animales se recuperen. Ya hace unos años ocurrió lo mismo con un buitre rescatado por los agentes de Medio Ambiente. Aquel resistió tres días e incluso parecía que se iba a reponer, pero finalmente murió.

El animal fue anillado (con la numeración PL2) el pasado 24 de julio en el sudoeste de Escocia por la British Trust of Ornithology, según ha podido saber esta redacción, concretamente cerca de Carsphairn (a 72 kilómetros al sur de Glasgow), una población próxima al parque natural de Galloway. Se trataba, según una información proporcionada por BTO, del único pollo que había volado de un nido nuevo. Desde Galloway hasta las Pitiusas hay un trayecto de 1.880 kilómetros en línea recta.

La rapaz, que fue rescatada en un camino entre Sant Antoni y Cala Gració, había sido localizada días antes en s'Estany des Peix, en Formentera, probablemente intentando alimentarse de lo único que comen, peces.