Agentes de Medio Ambiente rescataron ayer un ejemplar joven de águila pescadora (Pandion haliaetus) que unos particulares localizaron tendida al lado de una carretera de la bahía de Sant Antoni, entre la localidad y Cala Gració. La rapaz se hallaba famélica, muy débil y muy por debajo de su peso normal, por lo que tras un análisis rápido para comprobar que no tenía ninguna lesión, fue trasladada urgentemente a las 10 horas de la mañana al Consorcio para la Recuperación de la Fauna balear metida en una caja. Allí fue examinada por un veterinario y comenzó a ser alimentada mediante una sonda. Permanecerá en el centro hasta que se recupere.

El ave portaba dos anillas, una metálica y otra de pvc, una anilla azul de lectura a distancia del Museo de Historia Natural de Londres. Según los agentes de Medio Ambiente, fue anillada por el British Trust for Ornithology (BTO). Es decir, proviene de algún punto del Reino Unido y se encontraba de paso por las Pitiusas. Según SEO Bird-Life, las poblaciones nórdicas de águila pescadora «son migratorias y su flujo por España puede observarse en sus rutas hacia el África tropical». Algunas se quedan a invernar en nuestro territorio.

De hecho, y gracias a esa anilla de lectura a distancia, un reconocido naturalista canario la observó hace unos días en s´Estany Pudent de Formentera mientras pescaba.

Apenas un año

Pero no se le debió dar bien, por lo que regresó a Ibiza y acabó desnutrida en Sant Antoni, según comentaron agentes de Medio Ambiente. Esta era muy joven, de apenas un año de edad, aunque ya tenía una envergadura considerable, de aproximadamente metro y medio por más de medio metro de altura. Estas rapaces suelen tener una alta mortalidad durante su primer año de vida, explicó un agente.

Se alimenta exclusivamente de peces y cuando vuela en busca de alimento «es capaz de cernirse con profundos aleteos antes de lanzarse al agua para capturar los peces con sus garras», según detalla SEO Bird-Life.