Esta imagen captada en la zona de Blancadona donde se ubican dos institutos y un colegio ofrece dos lecturas preocupantes: por un lado, el de la persona incívica que deposita los ´residuos´ en los lugares que no le corresponden (para ello hay numerosos puntos verdes repartidos por la isla); y por otro, el de la imagen tan triste que ofrece el desprenderse de una enciclopedia que, quién sabe, por cómo han acabado estos libros quizás solo adornaban una estantería. Una lectora que nos envía esta fotografía captada el pasado martes se pregunta si no existían otras opciones para depositar los libros. «Finalmente, los libros acabaron en los contenedores, pues según un Policía Local de la zona, no podían invadir la acera. ¡Cuánta sabiduría!», asegura esta lectora.