Los datos revelados durante el último congreso de viviendas vacacionales celebrado la semana pasada en Ibiza, según los cuales en la isla hay unas 50.000 plazas que se están comercializando ilegalmente en pisos y casas sin ninguna licencia ha causado preocupación en el Consell. El director insular de Turismo calificó de «aberración» esta cantidad, puesto que «a este paso, pronto habrá más plazas ilegales que legales», cifradas ahora mismo en unas 80.000 de hoteles y apartamentos y unas 14.000 de viviendas vacacionales. «Estamos ante una verdadera bomba de relojería», proclamó Torres Ferrer, quien consideró necesario modificar la Ley General Turística para, entre otras cosas, regular este tipo de oferta. Además, consideró importante una mayor severidad sancionadora: «Hay que dar palos duros, controlar y controlar, porque, si no, esto se nos va de las manos». La situación se agrava por el hecho de que con una simple declaración responsable presentada por el promotor ante la Administración, éste ya puede iniciar su actividad. «Esto es algo que nos está matando», dijo.