Mariano Llobet fue uno de los principales protagonistas de una época en la que las Pitiusas sufrieron la mayor transformación de su historia. Por sus facetas como jurista, promotor turístico y político intervino directamente en los profundos cambios experimentados en la segunda mitad del siglo XX y fue uno de los artífices de la imagen de Ibiza como paraíso de libertad que adquirió proyección mundial a partir de los años setenta del siglo pasado.

Llobet era una enciclopedia viva de los acontecimientos acaecidos en las islas en las últimas décadas y desde hace meses publicaba sus memorias en el Dominical de Diario de Ibiza, en capítulos semanales agrupados bajo el título ´Antaño desde hogaño´, en los que no sólo relataba los acontecimientos de su vida personal y familiar, sino que trazaba una certera y documentada panorámica de la isla. Llobet estaba muy ilusionado con esta serie y hace poco había entregado una nueva remesa de artículos y fotografías que constituyen un valioso testimonio póstumo. Hoy mismo se publica uno de ellos, centrado, como los de las últimas semanas, en sus vivencias de los años de la Guerra Civil.

Mariano Llobet utilizaba el relato de su propia vida para profundizar tanto en detalles de la vida cotidiana como de los hechos relevantes de la época.

Nacido en el seno de una familia de la burguesía acomodada de Dalt Vila, era hijo del farmacéutico Mariano Llobet y de Juana Román, hija del abogado, político y arqueólogo Juan Roman. A los cuatro años quedó huérfano de padre y a los siete falleció también su madre, que había quedado muy trastornada por la muerte de su marido. «Pasé vestido de negro mi niñez. Mi infancia fue trágica, fue negra, fue terrible», recordaba en uno de los primeros capítulos de sus memorias en este diario.

La guerra, un duro golpe

La Guerra Civil, que estalla cuando solo tenía ocho años, fue otro duro golpe que le marcó para siempre. Nunca dejó de investigar y de interesarse por lo ocurrido. De hecho, ya en 2003 dedicó una extensa serie de artículos en Diario de Ibiza (al que siempre estuvo vinculado) a analizar y criticar pormenorizadamente y de forma muy documentada la bibliografía relacionada con la Guerra Civil en las Pitiusas, a partir de sus amplios conocimientos, sus vivencias directas, sus investigaciones y su extensa biblioteca personal. Nada escapaba a su escrutinio crítico y a su rigor y solvencia intelectual.

Doctor en Derecho y licenciado en Ciencias Económicas, accedió por oposición al cuerpo de secretarios de la Administración local y fue durante 11 años secretario general del Ayuntamiento de Ibiza (1963-73).

Antes había ocupado este mismo cargo en el Cabildo de Lanzarote (1956-1959), en el Ayuntamiento de Santa Isabel de Fernando Poo (actual Malabo, en Guinea Ecuatorial 1959-63) y en la Diputación de Teruel (1979). Además, como empresario turístico, Llobet presidió durante once años el Fomento del Turismo de las Pitiusas y doce años, la Federación Española de Centros de Iniciativas Turísticas. También perteneció al Institut Balear de Promoció del Turisme y al Consejo provincial de Radio Televisión Española.

Gracias a su conocimiento del régimen de los cabildos insulares de Canarias, Llobet fue de los primeros en reclamar, en plena dictadura franquista, que el mismo modelo canario de administración insular se aplicara también en Baleares. En 1965 logró que esta propuesta fuera aprobada por el Consejo Económico Sindical de Balears y elevada al dictador Francisco Franco. Aunque esa intentona fracasó, fue el germen de la creación, ya en 1979, después de la Constitución, de los consells insulares. Durante los años de la transición, Mariano Llobet fue el cerebro jurídico de las posiciones insularistas defendidas desde las Pitiusas para articular el nuevo sistema de consells y la futura autonomía de Balears.

Labor en el archivo histórico

En esa época tuvo una efímera trayectoria política como fundador y candidato del Partit d´Eivissa i Formentera, que no logró cuajar porque el centroderecha pitiuso se concentró en torno a Alianza Popular.

Llobet jugó también un papel muy importante en la vida social y cultural ibicenca: entre 1960 y 1990 colaboró muy activamente en la organización de las bienales internacionales de arte y en la fundación del Museo de Arte Contemporáneo. Asimismo, fue presidente de la Associació de Caçadors d´Eivissa i Formentera, del Club Náutico de Ibiza, de la Societat Ebusus y el Rotary Club de las Pitiusas. Además, fue abogado del falsificador más famoso de la historia, Elmyr de Hory, que murió en Ibiza en 1976.

Cuando dejó la secretaría del Ayuntamiento de Ibiza, Llobet fue nombrado Arxiver Honorari, en reconocimiento a su intensa labor para reunir y salvar el valioso archivo histórico. En 1998 recibió la Encomienda de la Orden del Mérito Civil a propuesta del entonces ministro de Asuntos Exteriores, el ibicenco Abel Matutes.

Los restos mortales de Mariano Llobet Román serán incinerados en Madrid y posteriormente sus cenizas serán trasladadas a Ibiza.