Cuando Priscila Monteiro Kosaka (brasileña de 36 años) habla del proyecto de investigación que desarrolla en ComFuturo se le iluminan la voz y la cara. Expresiva, mueve las manos, como si estuviera en el laboratorio. Ella es la responsable de esta iniciativa que cuenta con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y financia la Asociación Elena Torres. Licenciada en Química en la Universidad de Brasilia, en 2008 llegó a España para realizar un postdoctorado en el Laboratorio de Bionanomecánica en el Instituto de Microelectrónica de Madrid. En España descubrió un nanosensor que ahora utiliza para el proyecto financiado por la ONG ibicenca. La Asociación Elena Torres destinará 150.000 euros (50.000 al año), buena parte de ellos recaudados en cenas benéficas como la que acogió el hotel Aguas de Ibiza el pasado sábado. Priscila Monteiro asistió a la gala, en la que explicó algunos detalles de su proyecto.

-¿Algún día acabará la lucha contra el cáncer?

-Espero que sí, para eso investigamos. En el caso del proyecto de ComFuturo que financia la Asociación Elena Torres lo que buscamos es la detección precoz del cáncer a través de algo tan sencillo como un análisis de sangre.

-¿Cómo de precoz?

-Permite detectarlo muy al principio, antes de que llegue a otros órganos. Detectarlo tan pronto permite a los médicos aplicar tratamientos más personalizados a los pacientes y eso significa una mayor tasa de supervivencia y menor sufrimiento para el enfermo. Detectarlo tan pronto puede evitar, por ejemplo, una operación quirúrgica.

-¿En qué consiste su proyectoa? Explicación comprensible para legos en ciencias.

-Hay un sensor que tiene forma de trampolín. Es muy pequeño, pero existe superficie para un biomarcador. Una vez capturado, las nanopartículas de oro pueden detectarlo. Esa especie de trampolín es muy sencillo y las nanopartículas tienen la propiedad de iluminarse con una luz muy brillante cuando detectan el biomarcador. Es decir, que la presencia de ese biomarcador se aprecia en la masa, pesa un poquito más, y en el cambio de color y brillo cuando se aplica ese contraste.

-¿En qué momento se encuentra la investigación?

-Estamos al principio de una técnica que hay que desarrollar. Estuvimos todo el año pasado trabajando en esa tecnología. Es muy complicado reducir el tiempo en el que se obtienen los resultados. A pesar de eso, hemos conseguido reducir el tiempo en que se obtienen los resultaxdos de veinte horas a seis horas.

-¿Y de verdad es tan sencillo como hacerse un análisis de sangre?

-Sí, se puede ver en un análisis de sangre. En el mismo que te encarga el médico, sólo tendría que pedir que se analice la existencia de esos biomarcadores. En realidad sería sencillo.

-He leído que aunque trabaja con el cáncer de mama esta misma técnica podría servir para otros tipos de cáncer e, incluso, para la detección precoz del alzhéimer.

-Trabajamos con el cáncer de mama, pero en el futuro, cuando salga, se podrá comenzar a aplicar con cualquier tipo de cáncer. También hemos visto que sirve para detectar el alzhéimer e, incluso, una proteína del VIH.

-¿Se invierte suficiente en investigación?

-Hay mucha gente buena haciendo investigación. Hacemos lo que podemos. Nos apasiona la investigación y acabamos sacando dinero de donde no lo hay. La Asociación Elena Torres apareció en el momento perfecto. Después del descubrimiento estaba al final del desarrollo de la teoría, pero ya me quedaba sin contrato, sin proyecto y sin nada. Yo no quería parar, yo quería seguir investigando.

-¿La falta de presupuesto deja en el cajón proyectos que podrían ser beneficiosos?

-En esa situación estaba yo. Necesitaba presupuesto para seguir y no lo tenía. Estaba desesperada intentando vender la investigación.

-No me diga que los investigadores tienen que hacer también de comerciales.

-Sí, algo sí. Tenemos que ver cómo financiar las investigaciones. La investigación es cara. Cien mil euros, por ejemplo, no es nada.

-¿La gente es consciente de lo que supone, a la larga, la investigación?

-Creo que no, que no sabe los beneficios que se pueden obtener con la investigación, la repercusión que tiene. Pero creo que eso es también un poco culpa nuestra. No hacemos publicidad, no damos a conocer lo que estamos haciendo ni los avances que eso supondrá en el futuro. Supone mucho trabajo, pero confío que en el futuro esto evolucione y la gente entienda que el mundo necesita la investigación para avanzar.

-¿Cuándo podrá alguien hacerse un análisis de sangre y saber si tiene cáncer de mama antes de que éste presente ningún síntoma?

-Es algo que puede tardar. La investigación es lenta, muy lenta. Es un proceso muy largo. Hay que ir paso a paso hasta llegar al final. Y asegurarnos de cada uno de ellos. No queremos decir que algo funciona y luego tener que rectificar. Por eso se tarda. Va lento, pero sale. Hay gente trabajando. Tiene futuro.

-¿Cómo surge esta investigación? ¿Cómo escoge en qué investigar?

-Colaboramos con el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, que está en Madrid. Allí se realizan estudios celulares, hay gente que se dedica específicamente a encontrar marcadores. Luego yo, como experta, desarrollo la investigación. Es un trabajo conjunto.

-¿Qué falta para que esa investigación sea una realidad?

-Llevamos seis años desarrollando el sensor. Ahora lo estamos probando. Es muy importante. Y luego habrá que trabajar con muestras reales. Quiero llegar ya a esa fase, pero es complicado, el camino hasta llegar a esa fase de la investigación es largo.

-¿Quiere seguir con la investigación hasta el final?

-Sí, una investigación es casi como un hijo. Quieres ver cómo acaba, a dónde llega y cómo de verdad aquello en lo que has trabajado consigue ayudar a la sociedad. Cuando investigas algo sabes que tiene potencial, lo que puede llegar a suponer. Esto en lo que trabajamos tiene un potencial muy alto, por eso quiero seguir y, aunque sea ya viejita, ver lo que supone.

-¿El día en que sea una realidad, brindará?

-¡Sí! Antes de descubrir el sensor fueron seis años de frustraciones. Antes de dar con algo siempre tiene que hacer muchas y muchas pruebas que no sirven, por eso, cuando al final lo consigues sientes mucha alegría. Al principio, cuando encontré el sensor no me lo creía. Siempre repites las pruebas para asegurarte. Hasta que no hice tres y las tres salieron igual no me lo creía.