Las madres María Dolores Penin y Encarny Laredo denunciaron ayer que la conselleria de Educación está limitando el acceso de sus hijos a la educación, ya que este año ha suprimido los auxiliares especializados en lenguaje de signos en Ibiza. Penin y Laredo aseguran que en el colegio Poeta Villangómez y el instituto Santa Maria les han informado de que este curso se ha dado la orden desde Palma para suprimir a las traductoras con las que los niños recibían las clases y aprendieron a hablar.

Penin, madre de un niño de 9 años, explica que desde los tres años de edad decidió inscribir a su hijo en el colegio Poeta Villangómez, porque había un programa de clases que incluía logopedas y especialistas en signos que podían hacer más fácil la educación al niño, que tiene un 60% de impedimento para escuchar en uno de sus oídos y un80% en el otro. «Mi hijo llegó al colegio en 2010 y no hablaba, y hoy es un niño que habla y lleva una vida normal como cualquier otro, pero como han anunciado que este año quitan a los auxiliares de lenguaje de signos temo que él no pueda seguir educándose y retroceda en lo que ha aprendido», explica entre lágrimas Penin, que advierte además de que la medida afecta a otros niños de ese colegio.

Del mismo modo, Encarny Laredo, madre de un niño de 15 años, que va a 3º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), dijo que si no reintegran este año a la auxiliar que interpreta el lenguaje de signos en el instituto de Santa Maria, donde va su hijo, optará por no llevarlo a clase, porque ni siquiera con audífonos puede oír: «No pilla nada».

«No es justo que les limiten»

«Nos han dicho que es una orden que viene de Palma y, supuestamente, porque es hora de que esos niños espabilen. Mi hijo es incapaz de pillarlo todo porque tiene problemas de audición. La misma intérprete que lo asistía mandó una carta a la conselleria explicando la importancia que tiene un intérprete de lenguaje de signos para niños como el mío y otros, y no ha valido de nada. No es justo que después de apoyarlos durante todos estos años, se les limite así la educación», comenta Laredo, indignada.

En la carta que envió la intérprete a Educación invitaba a los responsables de la conselleria a comprobar su trabajo en las aulas y pedía a la dirección general de Innovación que reconsidere la decisión de eliminar a los intérpretes, ya que tanto los niños como los adultos que tienen dificultades auditivas, no sólo no oyen, sino que sus conocimientos orales y escritos están limitados, y tienen muchas más carencias que cualquier otra persona que pueda escuchar.

«Es un gran error»

«Retirarle el intérprete a estos niños para que sean más autónomos creo que es un gran error, porque es privarlos, en esta etapa de sus vidas, de información y aprendizaje que no les llegará más adelante. Les negarán la oportunidad de recibir una educación eficaz como el resto alumnos, educación a la que ellos también tienen derecho, explica la intérprete de signos en la carta que remitió a la dirección general de Innovación, a la que pide ayuda para que «estos niños que estaban camino de ser personas autónomas y competentes sigan contando con el apoyo de estos profesionales que les enseñan cada día a ser más independientes».

Un alumno con deficiencia auditiva pierde información en todos los entornos sociales, con los amigos, con la familia, en la escuela, agrega la experta: «No escucha la radio ni la televisión. No incorpora más palabras a su lenguaje que las que les enseñan en la escuela, y alguna otra que aprenden con mucho esfuerzo en sus casas».

Niños de 3 años no saben hablar

Algunos de estos niños llegan al colegio con 3 o 4 años sin saber hablar, explica la intérprete. «Tardan más que cualquier otra persona en hablar, en aprender a comunicarse oralmente y por escrito. No reciben la misma enseñanza que los demás y por eso a lo largo de los diferentes cursos se les recuerdan constantemente cosas que ya les enseñaron. El aprendizaje no es el mismo», recalca la especialista.

La situación de los alumnos con discapacidades auditivas se complica aún más cuando pasan al instituto, donde el sistema de clases de esa etapa dificulta mucho que les llegue toda la información. Hay charlas, coloquios, visitas y otras actividades de las que estos alumnos, sin un intérprete, están totalmente excluidos. «Los intérpretes son los que asesoran a los profesores y colaboran en la adaptación de los materiales para que el niño pueda aprovechar al máximo la información que les dan. La función del intérprete es ser ese puente de comunicación entre el alumno y los profesores, sus compañeros y todo el personal docente», manifiesta la intérprete, tan indignada como las madres por la medida de la conselleria.